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"Ahora sí que soy Ramón el de Candamo", celebra el doctor Alonso, nuevo hijo adoptivo

El que fuera facultativo en San Román durante 40 años recibe el título arropado por una multitud de vecinos que destacó su buen hacer

Alonso saluda a las vecinas tras inaugurar la calle, en San Román. S. ARIAS

Discreto y amable. Son las principales características que destacó el sacerdote de San Tirso de Candamo, Javier Fernández Conde, de Ramón Alonso Díaz, quien fue médico del concejo durante casi cuarenta años y desde ayer hijo adoptivo de Candamo. El nombramiento lo recibió en un salón de plenos lleno hasta reventar de vecinos, que no quisieron perderse el acto solemne en homenaje a su facultativo de toda la vida. Después, descubrieron una placa en el consultorio de San Román e inauguraron la calle que lleva su nombre. "Cuando me digan Ramón el de Candamo en Oviedo... Ahora sí que soy de verdad Ramón el de Candamo", afirmó muy emocionado.

Alonso nació en Cabañaquinta (Aller) y estudió Medicina en la Universidad de Oviedo, carrera que finalizó en 1973. Tras pasar diez meses en el concejo occidental de Illano, consiguió plaza de médico en San Román de Candamo y Ceceda (Nava). "Por suerte vino con nosotros", afirmó Pilar Martínez, vecina del concejo.

Y en la localidad candamina desarrolló su labor profesional dejando el listón muy alto, aseguran los vecinos, a quienes Alonso se refirió como sus amigos. "Casi cuarenta años y una época de grandes cambios, no se parece nada el concejo que yo vi al que tenemos ahora", destacó. Alonso comenzó su labor en Casa Vilorio de San Román, después pasó al hospitalillo y, finalmente, atendía a sus pacientes en el consultorio. Una labor que hizo "con ternura, en una consulta sin tiempo reglado, que cumplía menesteres de confesionario", resumió Fernández Conde.

Alonso recibió la medalla y el diploma acreditativos de su nombramiento de manos de la Alcaldesa, Natalia González. "Quiero dar las gracias, es un honor y un motivo de orgullo recibirlo de este Ayuntamiento que, a través de los años de mi ejercicio, siempre encontré un buen entendimiento, ayuda y total cooperación", comentó. Pero las gracias se las daban las decenas de vecinos que acudieron a abrazar a su médico. "Se merece mucho más, no sólo es un médico es un amigo y parte de nuestra familia", señaló Olga González.

Uno de los aspectos que más destacaron fue que Alonso ha velado de forma muy cercana por la salud de varias generaciones de candaminos. Pacientes a los que curaba enfermedades del cuerpo y del alma. "Como médico es chapó, pero como persona es maravilloso", dijo María Ángeles Beuser.

Lo que no sabían los vecinos es todo lo que aportaron a la vida de Alonso con sus enseñanzas y experiencias, manifestó con la voz entrecortada, y siguió con el recuerdo de todos los que ya no están. Un momento en el que todos rompieron a llorar emocionados. Las lágrimas también corrieron por los rostros de aquellos que estuvieron en las escaleras y exteriores del Consistorio.

Luego, se trasladaron a San Román, donde descubrieron una placa en el consultorio e inauguraron la calle. Además, todas las asociaciones vecinales de Candamo le entregaron un reloj grabado con la palabra "gracias". Alonso no pudo contener la emoción entre los abrazos de los candaminos, su otra familia. Por siempre, Ramón el médico estará en el corazón de Candamo.

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