Todo pueblo necesita alguien que le escriba, ya sea un corresponsal, un poeta o un cronista. En el último medio siglo, José Antonio Coppen ha ocupado todos esos cargos, oficiales u oficiosos, en su amado Lugones. Una localidad cuya evolución reciente sólo puede comprenderse plenamente a la luz de los escritos de este caballero de triste figura y pluma certera, amigo leal y azote de lo que él, y muchos después de él, denomina "La Pola política".

"Empecé a sentir la necesidad de escribir como acto de denuncia por el abandono al que se sometía al pueblo de Lugones, a mi pueblo. Y me siento muy satisfecho de haber ejercido este oficio", afirma Coppen, que veló sus primeras armas literarias, allá por 1964, en el desaparecido diario "Región".

Sobre su afición a la escritura, Coppen, a quien sus amigos conocen con el apodo de "Morocho", describe cómo esa inquietud por plasmar sus pensamientos negro sobre blanco fue creciendo en su interior, alimentada por la curiosidad, que es la madre de todas las artes. "La inquietud a la que más tiempo dedique desde que en la juventud germinó su semilla, ha sido la de escribir, sin formación alguna en este sentido. Todo comenzó casi sin pretenderlo, hasta que un buen día me propuse llegar a escribir de tal manera que se me pudiera leer, y entonces mi pluma (hoy ordenador) emprendió su vuelo de cincuenta años. Suelo decir que el vuelo de mi pluma es potente, corto y racheado, como el del urogallo", relata Coppen.

En 1973, este cronista de Lugones promovió el nacimiento de la revista "El Carbayu", que coordinó hasta 2010. Entre medias, "Región" desapareció, allá por 1983, y Coppen comenzó a colaborar con otros medios, entre ellos LA NUEVA ESPAÑA, con la que ya lleva varias décadas de fructífera relación. Una labor que le hizo merecedor, en 1998, de la Insignia de Plata del Principado de Asturias, por su defensa de Lugones.

Además de sus escritos en prensa, de su versatilidad como escritor dan fe sus libros. En 1999 se editaron los dos primeros: "Los placeres de la vida" y el ensayo de poesía "La isla de mis versos". Cinco años después vería la luz "Luces de otoño", un volumen con reflexiones sobre temas universales que fue presentado en el Club de Prensa de LA NUEVA ESPAÑA.

Su fascinación por otro ilustre vecino de Lugones, José Tartière Lenegre, cristalizó en 2007, cuando promovió una muestra sobre el industrial en Lugones y participó en el volumen "Tartière en Lugones, 1880-1927", catálogo de la muestra.

Pero si hay dos libros por los que Coppen muestra especial orgullo son por los dedicados a su pueblo, los dos primeros que repasan la historia de la localidad: "Lugones, radiografía de mi pueblo", de 2008; y "Lugones, latidos de un pueblo", de 2009.

En el primero, Coppen realiza una rigurosa investigación histórica en la que documenta la evolución de Lugones y su transformación con la revolución industrial. El segundo, por su parte, Coppen recopila sus crónicas periodísticas en torno a la marginación histórica que ha sufrido la localidad. Dos estudios esenciales para el estudio de la historia de Lugones.

Además de todo eso, Coppen lleva desde 2003 impulsando la candidatura de Lugones al premio "Pueblo Ejemplar". Y en 2011 recibió el reconocimiento a su trayectoria con el premio Urogallo de bronce al Personaje del Año, del Centro Asturiano de Madrid.