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La venta de pisos sigue sin remontar en el concejo pese a la bajada de precios

Las operaciones de compraventa de inmuebles, tras tocar fondo en 2013, se mantienen

"Ahora cada vez pregunta más gente por un piso, pero cuesta finalizar las negociaciones". Habla Patricia Martínez, responsable de una inmobiliaria candasina. Su colega de profesión Gema Mier, opina de manera similar. Los datos estadísticos de compraventas inmobiliarias del Ministerio de Fomento sobre Carreño no ofrecen resultados nada halagüeños para un sector que ha sufrido un duro varapalo durante los años de la crisis económica. Han bajado los precios de las viviendas, pero aun así el número de ventas no es el esperado. "Ahora encuentras un piso de dos habitaciones por 100.000 euros, y para reformar por 50.000 lo tienes", explica Mier.

Pese a todo, el sector está comenzando a abrir los ojos después de que en 2013 se vendieran tan solo 28 pisos, una cifra que suponía algo más de un cuarto de las cifras registradas tres años atrás. Los datos de 2015 arrojan ya un resultado mejor que el de 2013, y más aún teniendo en cuenta que falta por contabilizar el último trimestre. El pasado año, en Carreño se vendieron 36 pisos hasta octubre. "Sí, parece que desde hace dos años vamos remontando, pero los precios siguen estancados", señala Martínez, que recuerda que el coste de los pisos comenzó a bajar hace siete años, cuando empezó a hablarse de la crisis económica.

Los precios no solo afectan a las ventas, sino también a los alquileres. "Desde 2000 a 2005, un piso con dos habitaciones, garaje y trastero podría costar al mes entre 500 y 600 euros; ahora lo encuentras por 350 o 400. Sobre las ventas, parecido, ahora cuestan un 40 por ciento menos que antes de la crisis", indica Patricia Martínez.

Según los datos del Ministerio de Fomento, la venta de pisos en 2006, hace diez años, fue de 171 viviendas. Una cifra que aumentó al año siguiente hasta alcanzar las 214. En 2008 comenzó la línea descendente de operaciones y se registraron 118 compras. La caída fue aún mayor en 2009 con 65 unidades, que se incrementan hasta 100 en 2010 y vuelven a bajar hasta 56 en 2011. Los peores años de ventas son, sin duda, los últimos cuatro ejercicios. En 2012 hubo 9 compras de pisos y al año siguiente esa cifra cayó hasta alcanzar 28 casos. Cabe destacar que ese año solo se vendieron cinco viviendas desde enero a marzo, las mismas que de julio a septiembre. En 2014 se produjo un ligero aumento hasta alcanzar las 44 viviendas vendidas, una cifra que se mantuvo en 2015 porque a falta de contabilizar el último trimestre las inmobiliarias habían vendido 36 pisos en el municipio.

Otro apartado merece los apartamentos de verano. Durante el primer lustro de la pasada década, las rentas de los pisos estivales rondaban los 1.800 o 2.000 euros mensuales, una cantidad que se ha reducido a la mitad. "Estamos casi en niveles de 1997", asegura Patricia Martínez.

Las inmobiliarias confían en que la economía repunte "de verdad" y aquellas familias interesadas en un piso puedan adquirirlo como se hacía antes de estallar el "boom" inmobiliario.

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