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Los gamberros se ceban con el huerto escolar de Noreña

El colegio público denuncia que han rajado la cubierta del invernadero, entre otros daños

El profesor José Oliver señala varios caballetes destrozados por los vándalos en el invernadero escolar. L. B.

El colegio público Condado de Noreña denunció ayer los continuos destrozos que provocan los gamberros en el invernadero escolar, después de que el último fin de semana se registrasen varias rajadas en su cubierta de plástico que se suman a otros daños acumulados en los últimos meses.

El equipamiento, que fue financiado con fondos europeos y es utilizado por los alrededor de 400 alumnos del centro para cultivar y seguir la evolución de muchas especies vegetales, es utilizado de manera frecuente por los gamberros para reunirse y, ya de paso, provocar diversos daños que merman las condiciones de la infraestructura.

Las rajadas de hace unos días se suman a las de otras ocasiones, que pueden ya verse subsanadas con cinta americana, y otros daños como los destrozos de caballetes, la rotura de grifos o la calcinación del suelo por la utilización de velas. A ello hay que sumar la aparición de colillas, papelas y todo tipo de basura generada por unos visitantes que a veces aprovechan para hacer botellón.

Sin embargo, los sucesos no se limitan al recinto escolar. Meses atrás ya aparecieron numerosos daños en los parques infantiles de la zona de Los Riegos, que fueron reparados por el Ayuntamiento de Noreña. Asimismo, se registraron algunos asaltos al recinto de la piscina. Unos hechos que fueron denunciados y que incluso llevaron a la Guardia Civil a realizar algunas detenciones por la noche tras encontrar gente en el interior de las instalaciones el pasado verano.

Con el objetivo de frenar esta oleada de vandalismo en la zona escolar, el parque de Los Riegos y sus alrededores, el equipo de gobierno formado por Foro e IPÑ está barajando posibles medidas que sirvan para ahuyentar a los gamberros y acabar con los continuos destrozos provocados por estos en los diferentes espacios públicos.

De momento, el ejecutivo municipal reclamó la colaboración de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que frecuentan la zona con mayor asiduidad por el día y por la noche, respectivamente. "El objetivo es intensificar las vigilancia física", declara el concejal de Seguridad Ciudadana, Pelayo Suárez, que espera sumar nuevas acciones orientadas a finalizar con episodios como el del pasado fin de semana. Mientras tanto, la comunidad educativa condena unos actos que considera atacan a los intereses colectivos de la sociedad noreñense. "Esto es de todos, pero no para destrozarlo, sino para aprovecharlo y disfrutarlo", indica el profesor de sexto de Primaria del colegio noreñense José Oliver, que además coordina las actividades desarrolladas en el huerto escolar y fue uno de los impulsores del invernadero.

Oliver considera que la temperatura agradable del interior del equipamiento es ideal para que los jóvenes hagan de las suyas, pero lamenta que la situación se les vaya de las manos. "Entiendo que se entre al recinto escolar para jugar al fútbol en la cancha, pero no es admisible que lo hagan para romper lo que tanto trabajo conlleva y tan buenos resultados educativos está dando", sostiene el docente, que reconoce que lo que más le duele es que las sospechas apuntan a que la autoría podría corresponder a antiguos alumnos del centro.

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