Fernando Beltrán, poeta y director de la Fundación "Aula de las Metáforas" de Grado, siempre dice que la poesía es útil como herramienta de agitación humana. Para el también poeta Luis Antonio de Villena, invitado especial del decimosegundo aniversario de la fundación, la poesía sirve para todo y para nada: "Es el viejo debate del arte. ¿Para qué sirve? Pues es algo propio y esencial del ser humano, las palabras en poesía se hacen aun más grandes", comentó el pasado lunes antes del recital que dio en la Casa de Cultura.

Luis Antonio de Villena ofreció una lectura profunda y entretenida, en la que detalló aspectos personales o contextuales de los poemas, que mantuvo al público prendado del verso del poeta. Un autor que es uno de los claros referentes de la corriente de los novísimos, de la década de los setenta del pasado siglo. Un poeta de ecos humanistas enraizado en la modernidad. Un hombre que en pocas palabras demuestra su profunda erudición.

Su profusa obra poética se acompaña durante su carrera de títulos narrativos y ensayos. "Escribo prosa, novela, cuentos, ensayos... me siento muy bien en otros géneros, pero probablemente es porque la poesía es el germen de todo", declara. Por eso casi siempre sus textos resuenan a verso.

Porque, tal y como dice , "intento emplear la poesía siempre, quizás es la pretensión del poeta". Un propósito "lógico y lícito" que incluso se puede observar al abrir las páginas de un periódico. Unos ecos poéticos que otorgan mayor "literaturidad" a los textos, estima.

El poeta leyó poemas de su último libro, publicado en 2012, "Proyecto para excavar una villa romana en el páramo", y de una antología. Todos elegidos al azar: "Voy viendo uno y otro, es un gesto espontáneo, me sale así", matiza. Antes de iniciar el recital, De Villena visitó el palacio Valdecarzana, donde se quedó prendado del patio y de la fuente que recoge las aguas pluviales.

En la sede del "Aula de las Metáforas" la sorpresa fue mayúscula. "Me parece muy bien lo de las donaciones de libros, es muy importante que la gente done sus bibliotecas, que las hay muy buenas, para que esos libros se cuiden y sean útiles", señaló. También le gustó mucho el espacio, decorado con obras plásticas de diversos artistas. Un lugar de intimidad donde leyó para le público, a pesar de una leve afonía.

Con un autor de primera línea en Grado, la fundación "Aula de las Metáforas" celebró su aniversario. Doce años después de "un lunes bisiesto, del que decían era el más frío de los últimos cincuenta años", recordó Fernando Beltrán, presidente de la fundación.