En la cima de su carrera como soprano, la polesa Josefina Arregui, más conocida en la capital sierense como "Fefi", actuó en un teatro de Buenos Aires. En medio de la actuación, al final de una de las piezas, una animosa mujer tomó la voz desde el patio de butacas y comenzó a jalear a la intérprete: "¡Muy bien, Fefi! ¡Viva la Pola! ¡Viva Asturias!", gritó la mujer, a quien Arregui reconoció como Tina "la de Leta", una vecina de su Pola natal. La misma localidad en la que, al mediodía de hoy, la soprano recibirá el premio a la "Mujer sierense del año".
"Este premio es lo mejor que me podía haber pasado en este momento. Es un reconocimiento muy bonito, primero porque me lo dan los sierenses y, luego, por lo que representa como mujer", afirma la soprano, recién llegada a la capital sierense desde Madrid, donde tiene su residencia habitual, para recibir el galardón.
Retornar a su villa natal siempre es especial para Fefi Arregui, aunque durante años se mantuvo alejada de la localidad. "Mi madre murió muy joven. Salí un día de casa, me despidió desde la ventana y cuando volví... Fue traumático para mí", relata Arregui.
Su profesión la ayudó a mantener las distancias con ese doloroso recuerdo. Arregui se fue a estudiar a Madrid y, desde allí, se desplazó a Milán para completar sus estudios. "Allí fue donde realmente comenzó mi carrera", explica Arregui, que residió en Milán durante cinco años.
Su gran debut, no obstante, la traería de regreso a casa. "Fue en el Campoamor, en una representación de 'Rigoletto', con Piero Cappuccilli. Yo interpretaba a Gilda", explica la soprano.
Durante las décadas de 1970 y 1980, Arregui cautivó a los amantes de la ópera y actuó con los mejores cantantes masculinos del mundo: Alfredo Krauss, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, José Carreras, Pedro Lavirgen... "Eran muy buenos. Krauss era el mejor en su género, el lírico/ligero. Pero Pavarotti y Plácido Domingo eran los dos enormes", asegura la soprano.
Cuando estaba en la cima, una enfermedad la apartó del mundo de la ópera: "Comencé a sentir molestias en la garganta, me costaba mucho llegar a ciertos registros y me pasé a la zarzuela, que es un género diferente y no tiene la misma exigencia", recuerda Arregui. En esa transición, la soprano tuvo buen olfato para elegir espectáculo: se incorporó a la "Antología de la Zarzuela", creada por José Tamayo.
"Fue el mejor espectáculo que ha recorrido el mundo. Un éxito total. Lo encabezábamos Pedro Lavirgen y yo, y con ese espectáculo recorrimos más de 50 países", relata Arregui. Sus molestias en la garganta, no obstante, iban a más: "Tenía un tumor, pero me dijeron que si me operaba era posible que no volviese a cantar. Y aguanté durante años".
Al final, la cantante se operó, y todo salió bien. Pero no volvió a actuar. "Pensé en volver a la ópera, pero un empresario, de los más potentes de España, me puso la zancadilla. Algún día lo contaré todo", afirma. Se centró entonces en la enseñanza, a la que se entregó en las décadas siguientes. Mas Fefi Arregui no se queja: "He actuado por todo el mundo y he sido muy feliz", sentencia.
