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SERGIO GALLEGO | Responsable del Registro de Instrucciones Previas de Asturias, ofrece hoy una charla en Villaviciosa

"El cambio legislativo ha abierto la puerta al encarnizamiento terapéutico otra vez"

"El testamento vital es la única forma de conocer el deseo del paciente cuando no puede tomar decisiones voluntariamente"

Sergio Gallego. LUISMA MURIAS

Sergio Gallego, responsable del Registro de Instrucciones Previas del Principado de Asturias, ofrece esta tarde, a partir de las siete y media, una conferencia sobre "El testamento vital: Razones para su existencia". Explicará la importancia de formalizar este documento oficial mediante el que cualquier ciudadano, mayor de edad, puede manifestar anticipadamente los cuidados y tratamientos que desea recibir si llega el caso de que ya no pueda tomar decisiones de forma voluntaria. Más de 5.000 personas ya han formalizado su testamento vital en el Principado.

La charla de Gallego, en la que también participará el gerente del Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA), José Ramón Riera, se enmarca dentro del ciclo de conferencias que organiza el Ateneo Obrero de Villaviciosa bajo el epígrafe de "Diálogos de Ateneo". Tendrá lugar en la Casa de los Hevia.

-¿Qué es el testamento vital?

-Es una figura que se creó en 2002 con la ley de Autonomía del Paciente. Es el documento mediante el cual la persona deja dicha de manera anticipada los cuidados y tratamientos que desea recibir cuando ya no pueda tomar decisiones de forma voluntaria.

-¿Por qué es importante formalizar este documento?

-Porque al final es la única forma de saber la voluntad del paciente. Por ejemplo, si se encuentra en coma, es la manera de conocer si quiere seguir recibiendo tratamientos o no o si desea ser donante de órganos.

-Ponga algún caso habitual, que suela repetirse.

-Hablando del final de la vida en situaciones normales, cuando el paciente se enfrenta a la muerte, si ha realizado las instrucciones previas se puede saber si desea que le seden o si se trata de una situación irreversible, si quiere seguir con el tratamiento o manifiesta su negativa a seguir recibiéndolo. También, si una persona está en estado vegetativo, si quiere que le retiren las medidas de soporte o apoyo.

-¿Los médicos han de respetar siempre estas instituciones previas por encima de la voluntad de la familia?

-Hay sentencias judiciales que así lo consideran. Por ejemplo, una de ellas califica que no se adapta a derecho un auto del juez que autorizaba una transfusión de sangre a un paciente, testigo de Jehová, a pesar de que eso supusiera no aceptar su decisión, que había indicado en su testamento vital. El juez primó la protección a la vida, pero el Tribunal Superior de Justicia sentenció que había que haber respetado la voluntad del paciente.

-Les preocupa una modificación de la ley de Autonomía del Paciente. ¿Por qué?

-Sí, porque con esta modificación de la ley las administraciones pública protegen más el derecho a la vida que la decisión de la persona. Se trata de un cambio legislativo de enorme calado que ha pasado casi inadvertido, tanto para los ciudadanos como para los profesionales del sector sanitario. Me atrevo a afirmar que de nuevo se han abierto las puertas al encarnizamiento terapéutico y que hemos retrocedido treinta años en este terreno. Tras la reforma, la ley sigue estableciendo que la prestación del consentimiento por representación se hará siempre en favor del paciente y con respeto a su dignidad personal, pero añade de manera imperativa que la decisión deberá adoptarse atendiendo siempre al mayor beneficio para la vida o la salud y que aquellas decisiones que sean contrarias a dichos intereses deberán ponerse en conocimiento de la autoridad judicial.

-¿Cómo se puede tramitar el testamento vital?

-Hay tres formas de hacerlo. Una, ante notario. Otra es enviar por correo postal a la Consejería de Sanidad el documento que se descarga de la web Astursalud y que además del interesado deben firmar dos testigos. Los tres han de aportar el DNI compulsado. La tercera opción es que yo mismo tramite las instrucciones previas en el registro de la consejería, solicitando cita previa.

-¿Es una práctica habitual en Asturias?

-Aunque aún hay muchos ciudadanos que lo desconocen, somos la quinta comunidad en número de instrucciones previas por habitante. Estamos bastante por encima de la media nacional. Lo hacen un 0,5% de los asturianos. La cultura mediterránea rechaza afrontar la muerte. Nos llevan ventaja en Estados Unidos, donde la ley es de 1967. Allí lo hace entre el 7 y 10% de la población.

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