Pravia prevé terminar de pagar la rehabilitación de La Azucarera en 2021, según el principio de acuerdo entre el Ayuntamiento y el Principado de Asturias para que la administración local devuelva 1,5 millones de euros de ayudas autonómicas para la obra, debido a que no cumplió los plazos establecidos.

El acuerdo no se ha firmado de momento, aunque el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, adelantó el miércoles en la Junta el abono de 900.000 euros este año. El plan del Ayuntamiento es devolver ese montante la próxima primavera, en abril o mayo. Un desembolso que podrán hacer gracias a los ingresos extraordinarios de los impuestos recibidos este año y a la venta del solar del antiguo cementerio, que superó los 500.000 euros.

Sin embargo, el concejo aún debe afrontar el pago de alrededor de 600.000 euros, más los intereses de demora que harán subir la cantidad hasta los 700.000 euros. En ese sentido, los servicios tributarios del Principado están valorando la posibilidad de hacerlo mediante un pago fraccionado, tal y como propuso el Consistorio.

"Viendo que partíamos de tener que devolver 4,5 millones de euros no podemos decir que el acuerdo es satisfactorio, pero sí justo", afirma el Alcalde, David Álvarez (PSOE). Una devolución a cinco años (60 meses) que "será más asumible porque los pagos extraordinarios no los vamos a tener todos los años, así que este año vamos a quitarnos más carga para que después sean más llevaderos los pagos fraccionados", precisa Álvarez.

En cuanto a la reactivación de las obras en La Azucarera, el regidor reconoce que el proceso está paralizado y no hay fecha prevista para el inicio de los trabajos. "El Ayuntamiento no tiene capacidad para meter más dinero", afirma, resignado. Por eso, espera llegar a un acuerdo con el Principado para finalizar las obras. "Entendiendo que llevan gastados más de 3 millones de euros, no creemos que les interese dejarla morir, será decisión suya porque allí estarán las oficinas de empleo, la Consejería de Desarrollo Rural o los juzgados", declara el regidor. La Azucarera se ha convertido en el trago más amargo para el Ayuntamiento, que no consigue finalizar uno de sus proyectos estrella.