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El ugetista que exportó Noreña

José María Álvarez, candidato a suceder a Cándido Méndez, se formó como chapista en un centro del Sindicato Vertical en la Villa Condal

El ugetista que exportó Noreña

El ugetista José María Álvarez Suárez, candidato a suceder a Cándido Méndez en la secretaría general de UGT, nació en Alvariza, un pequeño núcleo de Belmonte de Miranda, allá por 1956. Su traslado a tierras catalanas se produjo en 1975, cuando entró a trabajar en La Maquinista Terrestre y Marítima, una emblemática empresa del Raval barcelonés. Pero antes de introducirse en el mundo laboral, el ugetista completó una rápida formación en Noreña, en el entonces denominado Centro de Formación Profesional Acelerada "Camilo Alonso Vega", y fue precisamente en la Villa Condal donde tomó el autobús que le llevó a Barcelona. Un trayecto que también completaron, en aquellos años, decenas de alumnos salidos del centro noreñense.

El instituto en cuestión, localizado en Los Riegos, echó a andar en el curso 1972-1973 como uno de los pocos centros de Formación Profesional Acelerada del país. "Había sólo once en toda España, y éste fue el último que entró en funcionamiento", explica Miguel Ángel Fuente, cronista oficial de Noreña y profesor del centro.

Este tipo de centros de formación acelerada estaban gestionados, directamente, por la Organización Sindical Española, más conocida con el explícito nombre de "Sindicato Vertical". Los alumnos de estos centros procedían de entornos con bajo desarrollo económico, que podían acceder a cursos cortos, de seis meses por lo general, para poder acceder al mercado laboral.

"Esta formación acelerada funcionó hasta bien entrada la década de 1980, incluso cuando se comenzó a impartir la FP regulada", explica Marcos de León, que dirigió el centro durante esa década de 1980. "Eran cursos intensivos. Funcionaban de maravilla, aprobaban casi todos y muchos salían con trabajo. Hoy aún funcionarían muy bien", explica Miguel Ángel Fuente. En el caso de José María Álvarez, su entrada al centro se produjo en 1974, cuando contaba 18 años. Estudió en la quinta promoción del curso de chapistería, que impartía Manuel Priego, y durante el curso residía en una pequeña hospedería que había en el desaparecido bar Condal, enfrente de La Playina.

"Comíamos todos en el centro, profesores y alumnos. El menú costaba 27 pesetas y daban más de 200 comidas. Luego, los chavales solían ir a trabajar en alguna empresa de la zona por las tardes, porque venían de familias sin recursos", explica Fuente.

De estos alumnos, muchos salían hacia Barcelona, a integrarse en La Maquinista Terrestre y Marítima, por mediación precisamente del Sindicato Vertical. "En Tineo había un delegado del Sindicato, de apellido Tuero, que tenía relación con la empresa y era el que mediaba para que entrasen a trabajar allí. Hubo al menos dos o tres promociones que salieron directamente para Barcelona", relata Fuente, que de hecho recuerda un apelativo cariñoso que dedicaban a estos jóvenes: "los llamábamos 'los maquinistas de la general'". Ahora, uno puede comandar una gran locomotora: la que marca el paso de la UGT.

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