"No hay palabras para explicar la angustia que pasamos". Con claros síntomas de fatiga, guantes de goma en las manos para limpiar los desperfectos y el susto todavía en el cuerpo, una vecina de la calle Conde de Santa Bárbara de la Pola trata de explicar los daños ocasionados por un incendio que tuvo lugar a las cuatro de mañana de ayer en su fachada y que la obligó a abandonar su casa durante media hora, al igual que otras tres personas, sin que hubiera finalmente que lamentar ningún daño personal.

Los vecinos, que prefieren no identificarse, se encontraban durmiendo cuando de repente vieron interrumpido su sueño. "Sentimos explosiones, veíamos fuego y empezó a entrar humo en la casa", declara la mujer del primer piso en cuya fachada se inició un incendio de consecuencias entonces imprevisibles. "Tiramos calderos de agua contra la ventana, pero comprobamos que no servía de nada", relata la mujer mayor, que vive con su hijo y que permaneció en el interior de la casa hasta la llegada de los bomberos media hora más tarde. "Fue poco tiempo, pero se nos hizo larguísimo", comenta el hijo.

No fueron los únicos desalojados, pues los habitantes del piso de arriba también se vieron obligados a abandonar su vivienda hasta que se dieron por concluidas las labores de extinción a eso de las cinco y media de la madrugada. "Por suerte, finalmente se quedó en un susto y no hubo que lamentar ningún daño personal", comentan los afectados por el incendio poleso.

De todos modos, el suceso tuvo numerosas consecuencias. Algunos vecinos de otros edificios cercanos, alertados por lo que estaba ocurriendo, optaron por salir de sus casas durante unos minutos. "El sonido de las explosiones era potente y preocupante, así que optamos por ir a la calle por lo que pudiera pasar", comenta un hombre cuya vivienda se encuentra a unas decenas de metros del lugar del fuego.

Ahora queda por determinar las causas concretas de un incendio cuyo origen se sitúo en una maraña de cables de la luz y tuberías de gas situados en la propia fachada. "De momento no hemos retirado las persianas derretidas y los cristales rotos a la espera que se investiguen las causas", indica la familia más afectada.

Por otro lado, las llamas se cebaron con los servicios del edificio, pues hasta bien entrada la mañana de ayer los vecinos no recuperaron el suministro eléctrico, mientras que carecen todavía del de gas, a la espera de comprobar el estado de la instalación dañada por el suceso. "Será difícil de olvidar una noche como esta", señaló ayer una afectada que reconoce haber temido por su vida.