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El concejo, paraíso de las dos ruedas

"Llanera sólo tiene de llano el nombre", afirman los miembros del colectivo Asturies con Bici tras su primera ruta por la zona

El concejo, paraíso de las dos ruedas

Llanera se convirtió el pasado fin de semana, por primera vez, en destino de una de las rutas de la asociación Asturies con Bici, que eligió el municipio por su centralidad y y por lo atractivo de sus paisajes, que tienen de todo.

El anfitrión y guía de esta ruta, Julio Ramos, vecino del concejo, asegura que el colectivo valoró muchas buenas características del concejo para la práctica del deporte de la bicicleta. En primer lugar, la centralidad. "Viene gente de toda Asturias: de Avilés, Gijón, Oviedo y otros concejos, y siempre se viene en tren; elegimos sitios a los que se llegue en un tiempo razonable desde todas partes, y la estación de Lugo está muy bien situada en ese aspecto", explica.

Por otra parte, el municipio ofrece unos espacios muy adecuados para la práctica del cicloturismo. "Es una zona muy tranquila, con carreteras secundarias en las que no hay mucho tráfico, y con muchos paisajes", recalca Ramos.

El único pero -si es que se puede poner esta objeción en una región como Asturias- es cierta dureza del recorrido en algunos tramos para los ciclistas más desacostumbrados a rodar. Uno de ellos comentaba que "Llanera sólo tiene de llano el nombre", después de castigarse en una de las tres subidas fuertes con que contaba la ruta. Los ciclistas hicieron un recorrido circular, y pedalearon por buena parte del concejo con un esfuerzo considerable en algunos de los tramos.

Se dieron cita en la estación de Lugo, y desde ahí comenzaron a rodar por carreteras casi siempre muy tranquilas, por los paisajes del municipio. El primer tramo fue por una carretera comarcal por la falda del pico Santufirme, desde Lugo hasta las calles de Posada, en una carretera sin tráfico, con un entorno rural muy agradable.

Tras cruzar Posada, tomaron otra carretera aún más estrecha en dirección a Bonielles. Hasta ese momento, y después también en la parroquia de Santa Cruz, todo fueron carreteras tranquilas y caminos sin apenas tránsito y con desniveles muy suaves.

Hasta llegar a Verdera, donde comenzaron el primer ascenso. Al llegar arriba, en la parroquia de Arlós, tomaron un fuerte descenso hasta Ferroñes, donde tuvieron tiempo para reponer fuerzas en el único bar de la ruta.

Hacía falta, porque después, y tras cruzar la carretera de La Miranda, emprendieron la subida hasta el área recreativa de Campañones, donde pararon para comer. Pero todavía les quedaba por recorrer un 25 por ciento del trazado.

Dos kilómetros de ruta tranquila y otro fuerte descenso hasta la localidad de Villabona, y desde allí, la última subida, la más dura pero con poca distancia, algo más de un kilómetro, para continuar hacia Lugo, ya con comodidad, con la estación de tren como destino final.

Los ciclistas se mostraron muy satisfechos con la ruta, a pesar de la dureza que suponía para algunos de ellos. Fueron 42 kilómetro de recorrido. Julio Ramos recibió las felicitaciones de muchos de los ciclistas que participaron en la ruta de Llanera, tanto por el recorrido como por las vistas que había desde la mayoría de los tramos.

Un noreñense, Paco Penin, se estrenaba en esta actividad en grupo y no podía estar más satisfecho. Confesó que en un principio temía que el recorrido fuera demasiado exigente pero, finalmente, todo fue muy bien. "Y la ruta muy guapa", dijo. El paisaje de Llanera sigue cautivando a quienes lo recorren.

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