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Ramos mengua por la crisis

Los compradores buscan palmas pequeñas, baratas y muy bien decoradas, frente a las grandes y sencillas de antaño

Conchita Granda, ayer, en su puesto de palmas de la calle Pedro Vigil. L. B.

Si hay dos citas remarcadas en el calendario de los floristeros del mercado poleso, esas son el Día de los difuntos y el Domingo de Ramos. En esta ocasión, es este último el que llevó a los vendedores de ramos y palmas a salir ayer a la calle, esta vez la de Pedro Vigil, para satisfacer una demanda que en los últimos años parece haber cambiado de manera radical debido a la crisis.

Desde hace muchos años se fueron dejando cada vez más de lado los ramos de laurel en favor de las palmas. Aunque los primeros siguen manteniendo su cuota de mercado, son estas últimas las que causan mayor furor entre los ahijados y ahijadas de corta edad, pero con características diferentes a las que había hace una década. "Antes se buscaban palmas cuanto más grandes mejor", explica Conchita Granda, de la floristería Jaiva de Lastres, que ahora cree que la tendencia es la de las palmas "pequeñas, baratas y con diseños llamativos".

Unas peticiones que tratan de ser satisfechas por un sector que en diciembre comienza a elaborar el material traído de Elche y ahora trata de darle salida. "Los precios van desde los 2,5 euros hasta los 12 aproximadamente", asegura Granda.

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