La Máquina tiene cuerda para rato a pesar de sus cien años de funcionamiento a pleno rendimiento. El popular restaurante de Lugones, famoso especialmente por su fabada, conmemora este año el centenario de la apertura de sus puertas en 1916 por parte de Pepe "El Tornero", cuyos descendientes traspasaron la titularidad a la familia González Mier, que acumula tres generaciones de rotundo éxito gastronómico.

El origen del nombre del establecimiento proviene de su primer titular, al cual llamaban Pepe "La Máquina" por sus labores en una fábrica de explosivos de la localidad sierense, que inició la andadura del local como bar tienda. En 1947 la titularidad pasó al matrimonio formado por Ramón González y María García, que en poco tiempo convirtieron La Máquina en una reputada casa de comidas.

De todos modos, el gran impulso para el negocio llegaría cuando en 1963 la fabada de María García se impuso en un prestigioso concurso culinario, que le abrió paso a otros certámenes que dotaron de fama internacional a su receta. A partir de ahí, el restaurante se convirtió en una referencia culinaria regional.

Desde entonces, pasaron por Lugones a comer la fabada de La Máquina innumerables comensales, entre los que no faltan nombres ilustres. Camilo José Cela, Gabriel García Márquez, Luis Aragonés o más recientemente el actor Dani Rovira son sólo unos ejemplos de los muchos paladares que probaron una receta con poco secreto. "Las mejores fabas de Pravia, compango de elaboración propia y mucho cariño en los fogones", declara Ramón González, miembro de una tercera generación que conforma junto con sus hermanos Helio y Diego y que tomó el testigo de su padre, José Ramón González, cuando este se jubiló en 2012.

Precisamente fue el propio José Ramón el que uniendo el nombre del restaurante y su pasión por los trenes diseñó la imagen inconfundible de un local en cuya entrada los clientes se encuentran hasta una réplica de locomotora que les deja claro dónde se encuentran.

Ahora y después de haber superado algunas adversidades, como un incendio en el año 2009, el objetivo que se marcan los titulares del negocio para que este pueda durar otros cien años es diversificar su oferta. "Estamos tratando de abrir el abanico a otro tipo de cocina, pero manteniendo los orígenes", declara el tercer Ramón de la saga González que, no obstante, asegura que la fama de la fabada continúa siendo un auténtico reclamo. "De cada 100 clientes, 95 piden la fabada", apunta sobre un local que especialmente en verano es punto de encuentro de muchos asturianos emigrados a América y Europa.