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"La nueva norma nos impide exportar", se quejan los queseros asturianos en la Pola

La obligación de realizar una auditoría externa, impulsada por el Gobierno central y que entra este mes en vigor, indigna a los empresarios

Isabel Cotera, de la quesería Vega de Tordín, atiende a un cliente, ayer, en la Pola. FRANCO TORRE

Una nueva normativa, dictada por el Gobierno central y que ha entrado en vigor este mes, pone en riesgo las exportaciones del sector quesero asturiano. Así lo denunciaron ayer los productores presentes en el Mercado de Primavera de Pola de Siero. Una feria que, en sus once ediciones, se ha convertido en un gran escaparate del sector.

Según explican los queseros, el problema con esta nueva normativa es que obliga a aquellas empresas que quieran exportar a someterse a una auditoría externa sin la cual el Ministerio de Asuntos Exteriores no otorga el pertinente permiso para exportar. El problema, más allá del papeleo, es el elevado coste de estas auditorías, que además tienen que solicitarse fuera de la región.

"Que reclamen algo así a una gran empresa puedo entenderlo, pero no es justo que nos equiparen a nosotros a esas empresas de gran tamaño", sostiene Pascual Cabaño, de la quesería Rey Silo, de Pravia. Cabaño, además, incide en el perjuicio comparativo que supone respecto a los productos foráneos que se venden en España, que se pueden importar sin que, en sus países de origen, se les requiera una auditoría similar. "Se está actuando con una miopía total", lamenta.

"La auditoría te puede costar desde 3.000 hasta 8.000 o 10.000 euros. Si supieras que ibas a facturar 150.000 euros al extranjero, pues no habría problema. Pero no es nuestro caso", sostiene Isaura Souza, de la quesería Ovín de Nava y presidenta de la Asociación de Queseros Artesanos del Principado de Asturias. Souza lamenta además la falta de información a la hora de percutir una medida "que nos han metido a calzador", y reclama una reacción de las autonomías con producción quesera: "Si todas las comunidades afectadas nos uniésemos para exigir medidas no harían esto".

La medida, en todo caso, ha pillado a buena parte del sector a contrapié, sin saber muy bien qué pasos seguir. "Nosotros exportamos a través de una distribuidora, esperamos que ellos se encarguen de esos trámites", sostiene Raquel Álvarez, de la quesería artesana Temia de Grado.

Por su parte, José Vicente Cotera, de la quesería cabraliega Vega de Tordín, apenas ha comenzado a revisar los requisitos, tras tres años paralizada después de haber sido arrasada por una inundación en septiembre de 2012. "Hemos vuelto a la actividad y tenemos que ir paso a paso. He leído la normativa y sí que nos obliga a hacer más cosas, habrá que ver el impacto". La quesería cabraliega, en todo caso, se llevó ayer un espaldarazo importante, ya que obtuvo el premio al mejor queso de la feria.

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