"Los Güevos Pintos es la fiesta de la Pola. Antes estaba todo organizado. Recuerdo el despertar con la gaita y el tambor. Mi madre nos vestía a mi hermano y a mí con traje regional, íbamos a la bendición al mediodía. Luego dábamos un paseo por los puestos y comprábamos un güevo, que decoraba la habitación hasta el año siguiente. Después de comer tocaba el desfile y disfrutar de los caballitos. En época universitaria, los Güevos Pintos los viví disfrutando del buen ambiente nocturno de los discobares de la Pola. Ahora lo único planificado es el desayuno con los amigos a las diez de la mañana y después a disfrutar de la hostelería, pero retirando pronto, que el miércoles se trabaja".
