El cielo de la Pola lloró de emoción tras ver recuperada una tradición tras casi medio siglo en el olvido. Esa podría ser una explicación para una jornada que se presentaba seca y tranquila, pero que se tornó en lluviosa minutos después del inicio de la procesión del Encuentro, que volvió a las calles de la capital del concejo con un gran poder de convocatoria.

Eran las siete y media de la tarde cuando los hombres de la cofradía del Cristo de Santa Ana iniciaron su marcha desde la capilla del mismo nombre. Casi un cuarto de hora más tarde, la Virgen Dolorosa salía de las paredes de la iglesia por primera vez desde los años 70 gracias al esfuerzo de unas mujeres que recibieron la ayuda de las monjas del asilo de ancianos, para un día tan importante para los feligreses locales.

Si bien fue la comitiva femenina la que contó con un seguimiento más notable desde el principio, los hombres también estuvieron bien arropados y contaron entre sus costaleros con el exalcalde de Siero, Eduardo Martínez Llosa, que participó de manera muy activa en los diferentes relevos. De todos modos, lo que más destacó fue el elevado seguimiento de público, que se agolpó a ambos lados de las calles y siguió los actos con un silencio que denotaba el gran respeto por una cita que parecía completamente olvidada.

El momento cumbre de la procesión fue el encuentro de ambas imágenes en la plaza Argüelles, cuando la lluvia empezó a caer con más fuerza. Ambas imágenes se encontraron por fin, las mujeres redoblaron su esfuerzo para inclinar a imagen y representar la reverencia de la Virgen al Cristo y el párroco, Sergio Martínez, procedió a bendecir al Cristo y a la Dolorosa antes de retomar el recorrido hasta el templo con una comitiva unificada.

Pese a las condiciones meteorológicas adversas, la participación no se vio afectada en el último tramo de la procesión. Cientos de paraguas se abrieron y muchas personas no dudaron mojarse para tomar fotografías y vídeos de un momento que confían en que sirva de punto de partida para que la Semana Santa polesa consiga congregar cada vez a más fieles. "La Pola necesitaba una procesión como ésta y la gente ha demostrado que si las hay está dispuesta a participar", comentó Encarna Rodríguez, que asistió con una vela a la cita.