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La historia "oculta" de la sidra de Siero

El Ayuntamiento se niega a pagar un amplio estudio del historiador Luis Benito García sobre la tradición llagarera local, encargado por Foro en el anterior mandato

Luis Benito García. FERNANDO GEIJO

El libro de la sidra de Siero no acaba de espichar. El volumen, de 250 páginas, escrito por el historiador Luis Benito García, considerado el mayor experto de la región en la materia, fue encargado el pasado mandato por el equipo de gobierno del forista Eduardo Martínez Llosa. Sin embargo, y pese a haber mostrado su satisfacción por el contenido del trabajo, en el que se incluyen numerosos datos hasta ahora desconocidos sobre la tradición llagarera de Siero, el Consistorio aún no ha abonado a García el precio estipulado.

Es más, le han llegado a rechazar hasta tres veces la factura por unos motivos técnicos no aclarados. En consecuencia, el libro no ha visto la luz, pese a su indudable interés, ya que, entre otras cuestiones, repasa la trayectoria de Sidra Princesa de Asturias, la champanera sierense, e incluye un censo histórico de llagares del concejo. "En la primavera de 2014, al hilo de la declaración de la sidra como bebida institucional de Siero, para lo que me solicitaron orientación desde la Corporación municipal, presenté un proyecto para realizar una investigación sobre la historia y la cultura sidrera en el concejo", explica Luis Benito García sobre la génesis del proyecto. En septiembre de ese año, la entonces concejal de cultura, María José Sánchez, le encarga el estudio y le indica que debe estar listo antes de las elecciones municipales que se iban a celebrar en mayo de 2015. El historiador comenzó entonces los trabajos de consulta bibliográfica, hemerográfica y archivística.

Pero en febrero de 2015, "en pleno proceso de redacción y con el texto ya muy avanzado", García recibió una llamada de la edil de Cultura para anular una conferencia que, ligada al proyecto, se había programado para ese mes. Poco después, María José Sánchez dimite. "En esa situación me puse en contacto con los representantes de la Corporación y, en una reunión en la que estaban el Alcalde, otro concejal, un representante de una entidad bancaria y un lagarero del concejo se acuerda la entrega del estudio y quedamos en que, por las circunstancias que se habían producido, dicha entidad bancaria financiará una parte del trabajo y, al menos una parte de los lagareros de Siero, otra", explica el historiador, que poco después presentó en el registro municipal la factura y el texto. Sin embargo, todo se torció de manera inesperada. "Mi sorpresa fue mayúscula cuando, tras las elecciones, me llega devuelta la factura", apunta García.

Con el fin de evitar "acciones legales", el autor del libro planteó la situación a la Corporación entrante, presidida por el socialista Ángel García. "Parecieron interesados en que el estudio viera la luz; por lo que acordamos una nueva rebaja en la cuantía a percibir, manteniendo la entidad bancaria y los elaboradores su compromiso solo a la espera del visto bueno del ayuntamiento", explica Luis Benito García. Así, a finales de 2015, añade el experto sidrero, "me dijeron que presentase nuevamente la factura al Ayuntamiento, aunque después me pidieron que la modificase para dirigirla a la Fundación Municipal de Cultura". La cosa no tardó en complicarse de nuevo: "En febrero de este año me pidieron que retirase la factura de diciembre y que la presentase con fecha de 2015; pero me llegó devuelta nuevamente, dándose la curiosa circunstancia que estos últimos documentos me han llegado ya con el visto bueno de los responsable de cultura".

"No se trata solo de todo el trabajo invertido en un estudio que, honestamente, pienso que tiene un indudable valor o del dinero perdido, aquí entran en juego otras cuestiones, como tener que estar un año de aquí para allá bregando con una situación que ha tenido en algunos momentos tintes kafkianos, o el hecho preocupante de que un trabajo científico se encuentre circulando quien sabe por donde con los peligros que ello puede conllevar cara a las cuestiones de propiedad intelectual", se lamenta Luis Benito García, visiblemente molesto con la situación.

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