Que el grupo folclórico y de investigación "El Ventolín" tiene mucho arte cuando baila es algo de sobra conocido en la Pola. Pero además, este colectivo tiene también mucho gusto por las bellas artes. No en vano, "El Ventolín" es el impulsor de una gran subasta de arte que año tras año, y van 35, atrae a la localidad a numerosos aficionados, y que les sirve además para sufragar los gastos de su Semana Cultural.

La subasta, que se celebró anoche en la sala de cámara del auditorio de la Pola, se concretó sobre un total de 40 obras donadas por 38 artistas. La nómina de los creadores contó con algunos de los más renombrados de la región. El escultor Rafael Urrusti y pintores como Carlos Sierra, Valentín del Fresno, Humberto Alonso, MAría Antonieta Laviada o Roberto Díaz Orosía, entre otros, estaban representados en la subasta, dirigida con tiento y arte por Ángel Barrio.

"La dinámica es muy sencilla. Todas las pujas empiezan en 150 euros, porque no somos nadie para hacer una valoración de las obras. Cada puja son diez euros más, a no ser que el pujador diga de viva voz que quiere subir. De llegar a 600 euros, las pujas pasarán a ser de 25 en 25 euros. Y a partir de los 1.000, que alguna vez hemos llegado, de 50 en 50", explica Barrio.

Las obras iban saliendo de manera aleatoria, aunque los miembros de "El Ventolín" reservaban las tres últimas posiciones para los autores que habían obtenido la puja más alta en la edición anterior. "Es una manera de reconocérselo", explica Barrio. Carlos Sierra cerró la subasta, y antes de él salieron obras de Humberto Alonso (segunda puja más alta en 2014, en sustitución de otro artista que no donó este año) y Valentín del Fresno. Esta subasta es la principal vía de financiación de "El Ventolín". "Esto lleva a muchos polesos a pujar para echar un cable al colectivo. "Hay que echarles una mano. Y además, traen obras muy buenas", explicaba al inicio Juanjo Domínguez, uno de los participantes, que precisaba que, aunque algunas obras se venden a precios bajos, es habitual alcanzar con algún lienzo una cantidad cercana a los 800 euros.

La filípica de Barrio animó a los participantes, y las cartulinas amarillas con las que marcaban las pujas comenzaron a florecer entre el público. Una obra de Valentín García cerró la primera puja de cierto relieve de la noche, con 430 euros. Al cierre de esta edición, los participantes continuaban pujando.