El certamen de cantares de chigre "Prohibido cantar... desentonáu" de Noreña, que anoche celebró su octava edición, se convirtió en un sentido homenaje al añorado Chema Fombona. Un músico de raza fallecido apenas tres meses y medio atrás, y cuya bondad no olvidan los que fueron sus vecinos.

El homenaje era obligado toda vez que el certamen es una iniciativa de la Banda de Gaites de Noreña, una formación de la que Chema Fombona fue miembro, profesor, colaborador y cómplice en mil y una aventuras. Así, el director de la Banda, Chus Solís, aparcó la presentación del certamen para centrarse, en primer lugar, en quien fue uno de sus grandes amigos.

"El fue mi primer profesor, y yo su primer alumnos. Cuando me dio la primera clase de tambor no teníamos ni baquetas, así que usamos dos batutas", rememoraba Solís, que en esos primeros momentos ilustró la casa de cultura de Noreña, abarrotada de gente, con divertidas anécdotas que reflejaban el carácter y la bondad de Fombona.

"Chema tenía un 600 con el volante de un Ferrari. Un día volvíamos del Alto la Madera, entramos a Noreña por donde Casa Nicasio y, al dar la curva, se abrió la puerta y me salí. Con la misma, giró y volví adentro del coche, cerrándose la puerta. Cuando estábamos donde Cenciella, Chema me miró y me dijo: '¡tas blancu!'", relató Solís.

La anécdota mereció las risas del auditorio. "Tenemos que recordar las cosas buenas, porque el vacío que tenemos es muy grande", añadió Solís, que anunció entonces la iniciativa que la Banda de Gaites piensa impulsar para homenajear al músico. "Creemos que Chema era un gran músico, el más grande que ha dado Noreña. Y por eso merece más que una calle o una plaza. Vamos a organizar en su honor un Festival de Jazz, con su nombre, para que se celebre en Noreña todos los años", reveló. El público rompió a aplaudir.

Acto seguido, Solís entregó al padre de Chema, Tino Fombona, un cajón flamenco que la banda pretendía regalarle el día de su cumpleaños, que fue precisamente el de su fallecimiento. La alcaldesa, Amparo Antuña, cerró el homenaje con emoción, recordando al músico y a Juan Jesús Junquera. "Esta noche que ahora empieza, y que esperamos que sea larga, todas las canciones hablan de Chema", afirmó.

Después llegaría la música, la sidra y los abrazos en las sidrerías abarrotadas. Como postrero homenaje a su hijo, Tino Fombona, de reconocida trayectoria como cantante, no faltó a su cita con el certamen y acompañó a una de las rondas.