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Ferreira: "Las legumbres eran de pobres, pero tienen estupendas propiedades"

Su consumo se ha reducido al sustituirse sus proteínas por las de la carne

El cocinero Jesús García, calentando les fabes con las que participó el martes en el concurso de la "Mejor Fabada del Mundo", en Amandi. M.MENÉNDEZ

Este es el año internacional de las legumbres. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) lanzó esta campaña para incentivar su consumo. Es el mismo objetivo que persigue la mesa redonda que se celebra esta tarde, a las siete, en Amandi (Villaviciosa), sobre las propiedades y las posibilidades de la faba y otras judías cultivadas en Asturias en la alimentación y salud.

Juan José Ferreira Fernández, doctor en Biología y responsable del equipo de Genética Vegetal del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), así como miembro de la Cofradía de Amigos de les Fabes, organizadora del acto, moderará el debate. Asegura que las legumbres son "un alimento bastante completo". Destaca que tienen un alto contenido en proteínas, hidratos de carbono, minerales y en fibra.

Agrega que, antes, su consumo era mayor y, en consecuencia, se producían más, porque la tendencia con los años ha sido recurrir más a la carne como fuente de proteínas de origen animal. Pero en otros lugares del mundo, como África, Sudamérica y Asia -por su predilección por la soja- siguen cocinando más legumbres porque tienen menos disponibilidad de proteínas animales, explica Ferreira. "Las legumbres siempre se consideraron un alimento de los pobres, pero tienen unas propiedades nutritivas estupendas", insiste el investigador del Serida.

Por eso hoy se pondrá encima de la mesa la aseveración de que se trata de un alimento "con un gran campo por explotar, que sería beneficioso para el productores por las nuevas oportunidades que ofrece, y para el consumidor, para mejorar su dieta", argumenta Juan José Ferreira. Además, en Asturias además de fabes, se cultivan otras legumbres como guisantes y variedades como roxas, habas o verdinas. Su consumo también favorece los mercados de proximidad, locales y la llamada cocina kilómetro cero.

Otra de las ventajas de las legumbres es que en sí no son un plato calórico, depende de los ingredientes o condimentos con los que se guisen. Podrá dar algún consejo Luis Alberto Martínez Abascal, de Casa Fermín (Oviedo) y profesor de la Escuela de Cocina de Gijón, que estará en la mesa junto al gastrónomo Iván González de la Plata, la doctora Amelia de la Ballina, el cosechero Sergio Suárez, el empresario Víctor Berdasco y el historiador Miguel González Pereda.

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