El último grito en robos tiene efectos embriagadores en Siero. En apenas dos semanas se han registrado hasta tres robos que tuvieron por objeto bebidas alcohólicas y, ya de paso, en alguno de los casos los ladrones aprovecharon para acompañarlas de un aperitivo que llevarse a la boca y reponer fuerzas tras la faena que le hicieron a sus víctimas.

El último suceso tuvo lugar el pasado fin de semana, cuando unos ladrones entraron en un almacén de bebidas del polígono de La Tejera de la Pola y se llevaron mercancía por un valor estimado de unos 100.000 euros. Los asaltantes forzaron la puerta de un local anexo y después hicieron un butrón en la pared para acceder al almacén y sustraer un gran número de botellas con ayuda de un vehículo de grandes dimensiones que introdujeron en el local para favorecer la carga.

Un episodio similar al ocurrido el pasado día 30 de marzo en otro almacén del polígono de Naón, en Viella. En aquella ocasión, los cacos robaron el propio camión del almacén y lo cargaron de la ginebra más cara del local. Unos días después, el camión apareció abandonado en Guadalajara sin el cargamento, que la empresa afectada valora también en unos 100.000 euros.

Sin embargo, este tipo de sucesos van más allá y golpean también a los establecimientos hosteleros locales. Es el caso del bar del campo de fútbol de Valdesoto, que fue asaltado en la madrugada del pasado viernes para sustraer varios productos de valor. "Se llevaron casi todo el tabaco de la máquina y las botellas de las bebidas más caras", explica el titular del establecimiento, Agustín Rodríguez, quien señala que los cacos, de paso, también se llevaron algo para picar. "Cogieron unos aperitivos y chocolatinas", apunta, al tiempo que se consuela porque "no hicieron grandes destrozos".

No se trata de la primera vez que sucede un hecho de este tipo en el bar, pues en noviembre de 2014 ya trataron de acceder sin éxito a su interior. En esta ocasión, los ladrones entraron a través de la puerta que conecta el establecimiento con el campo de fútbol, tras retirar la única pantalla de la puerta que no tenía un refuerzo metálico. "Tiene toda la pinta de que tenían el lugar bien controlado", sostiene Rodríguez, que denunció los hechos a la Guardia Civil.