La dureza de las olas y la bravura del mar de este mes no han sido muy benévolas con les llámpares, que todavía escasean en los pedreros. Habrá que esperar a que el tiempo mejore. Lo confirma Javier Rivero, que tiene licencia de pesca deportiva: "abril no es un buen mes para les llámpares". Explica que "hay muy pocas porque rompieron mucho" por culpa de los golpes de mar y entre las propias rocas, que acaban partiendo estos moluscos. Además, "deslava" la piedra.

Lo corrobora el pescador profesional Sergio García: "el 70% mueren en invierno por los temporales que azotan en el pedrero". Lo positivo es que es una especie que "cría rápido" si empieza a venir buen tiempo. Es precisamente en primavera cuando se reproducen les llámpares, por lo que a partir a ahora se espera que las rocas se empiecen a poblar de estos suculentos gasterópodos a los que Quintes y Quintueles homenajean en la cocina estos días. "Este año hay poco porque hubo mucho invierno, tendría que haber más", insiste Sergio García, que explica que "los entretiempos" -primavera y otoño- son las mejores épocas para les llámpares, pues en verano tampoco está en su apogeo porque el calor seca la roca.

En los pedreros de Les Mariñes se dan apreciados ejemplares "por el tipo de roca y el pasto", explica García. Gerardo Morís, que también los frecuenta, agrega que desde La Ñora (Quintueles) hasta el cabo de Lastres es la mejor zona para capturar este molusco, que busca una "piedra fina", como la arenisca. Les llámpares mariñanes son muy apreciadas porque "son más saladas" que, por ejemplo, las de Santa Mera y La Busta, "más dulces".

Morís es más optimista que el resto de pescadores. Sostiene que esta campaña viene "como todos los años" en cuanto a la calidad y cantidad de los gasterópodos, aunque coincide en destacar que es a partir de ahora -desde abril a finales de julio- cuando viene la mejor época para bajar al pedrero. Además, en primavera es cuando tienen "huévara", es decir, las huevas, porque es cuando crían.

El kilo de llámpares cotiza sobre los diez euros. Aunque admiten echar creatividad en los fogones para prepararlas, las formas más tradicionales de cocinarlas son "afogaes" (al vapor) y guisadas con un sofrito de aceite, cebolla y pimiento.