Después de los huevos llegarán la miel, la mermelada, el jabón y, quizás, los animales. Los comerciantes de excedentes de los mercados semanales de Siero iniciaron ayer, en Lugones, una campaña de recogida de firmas para instar al Ayuntamiento a levantar el veto contra estos productos caseros. Una iniciativa que encontró un respaldo notable entre los asistentes al mercado, y que tendrá continuidad el próximo martes en el mercado poleso.
La reciente decisión municipal de levantar el veto a los huevos caseros -medida que había generado una gran controversia en las últimas semanas- ha supuesto un alivio para los comerciantes, que, no obstante, aún sufren por la prohibición de comercializar otros productos. Especialmente doloroso es el veto a la miel, incomprensible para los comerciantes en tanto en cuanto no se trata de un producto elaborado.
"Sólo queremos que el mercado sea como ha sido toda la vida", sostiene la comerciante Carmen Suárez, que destaca la respuesta que han recibido por parte de los clientes. "La gente está reaccionando muy bien, entienden nuestras peticiones y quieren seguir viendo estos productos en el mercado", añade Suárez.
Aunque ayer había apenas una decena de puestos de excedentes en el mercado lugonense, una cifra muy inferior a la que llega a contabilizarse en el de la Pola, la recogida de firmas convirtió esta zona del mercado en un hervidero. "He firmado por apoyar a los comerciantes porque tienen que vivir, y porque son buenos productos", explicaba, tras oficializar su apoyo, Lucía Álvarez. "En el mercado hay que vender lo que se vendió toda la vida. Y eso incluye huevos, miel y algún animal", añadía Pedro Alonso.
"La verdad es que estamos muy agradecidos por la respuesta de la gente. Sólo pedimos poder vender cómo siempre hemos hecho y, ellos, que se pueda comprar de la misma manera", sintetiza la comerciante Marta Bobes.
