La controversia en torno a las plusvalías de las expropiaciones del polígono de Bobes calienta la corporación sierense. Si bien nadie tiene claro cómo puede acabar resolviéndose una problemática que los distintos grupos coinciden en calificar de "compleja", la manera en la que los sucesivos gobiernos han gestionado la cuestión es, a ojos de la oposición, mejorable.

"Era una patata caliente y quiso dejarse en un cajón. Creemos que hubo una mala gestión política, sobre todo por dejadez", sostiene Edgar García Cosío, portavoz de IU. A ojos de la coalición, es perentorio "solucionar el problema y tener en cuenta la opinión de los vecinos", aunque teniendo cuidado de no caer en posibles agravios comparativos.

Para Beatriz Polledo, del PP, el problema de las plusvalías de Bobes "es un tema que está enquistado desde hace muchos años", y se muestra receptiva a buscar "algún resquicio, dentro del marco legal, para aplicar una rebaja". Polledo, no obstante, incide en que esta problemática se inscribe, además, en una obra, la del polígono, a la que "no se le está dando toda la prioridad que se debería".

"Algo que empezó mal sigue mal y va a terminar mal", afirma Javier Pintado, de Somos Siero, que lamenta que las expropiaciones "no han servido para nada". Sobre las plusvalías, considera que "la gente que estaba en aquellos años en el ayuntamiento podría haber actuado, pero actuaron tarde y ahora, lamentablemente, creo que no va a quedar más que una salida". Por su parte, Juan Camino, del Partido Independiente de Siero, cree que la corporación debe aprender de este caso y realizar una modificación en profundidad de las plusvalías.