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Los niños se divierten en armonía en Posada

Medio centenar de integrantes de tres corales, del concejo, Castrillón y Oviedo, comparten una jornada de juegos

Dos niñas se pasan una pelota, de cuchara a cuchara, durante uno de los juegos. FRANCO TORRE

Para lograr la armonía, no hay nada como la diversión. Medio centenar de niños y adolescentes, componentes todos ellos de tres formaciones corales distintas, participaron ayer en un encuentro en Posada de Llanera. Una iniciativa que culminó, como no podía ser de otra forma, con un concierto de las tres formaciones infantiles, pero en el que primaba, sobre todo, ofrecer a los rapaces una jornada de carácter lúdico, en la que pudieran conocer a otros jóvenes intérpretes.

La formación llanerense lleva años organizando estos encuentros corales para niños. Esta fue, de hecho, la vigésima tercera edición del encuentro, en el que participaron, además de los "Pequecantores" de Llanera, componentes de los "Escolinos" de Castrillón, del coro del colegio San Lázaro de Oviedo, y de las aulas corales de los colegios de Lugo y Posada, y del instituto del concejo.

La primera parte de la jornada se desarrolló en las instalaciones del colegio público de Posada, donde los jóvenes cantores participaron en diversos juegos que trataban de fomentar el trabajo en equipo.

"No se dividen por corales, sino que se mezclan los componentes de las diferentes formaciones en los distintos equipos", explica Carlos Esteban, director de la Coral Polifónica de Llanera. Según precisa, el objetivo primero de las actividades es la diversión: "Queremos que los chicos se conozcan, que compartan el día, que jueguen y coman juntos. Y al final, si se puede, hacemos un pequeño concierto".

Entre los chavales, la iniciativa tuvo una gran acogida. "Ya había estado en algún otro encuentro y creo que está bien. Conocemos a otros coros, y siempre me lo paso muy bien", explica Kike Carpintero, de 11 años y miembro del coro de los "Escolinos". "Está muy bien, podemos hacer nuevos amigos y los juegos son muy divertidos", añade Paula López, de 10 años y componente del coro del colegio San Lázaro.

Tras la comida, los niños se trasladaron a la Escuela de Música de Posada, donde protagonizaron un pequeño recital para deleite de sus padres.

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