La unión de dos pasiones, sendos deleites que en sus mejores exponentes alcanzan la categoría de arte, da frutos insospechados. Carlos González Abeledo, presidente de la asociación lírica asturiana "Alfredo Krauss", fusionó ayer ambos placeres en un atractivo pregón, con acompañamiento musical, para abrir la fiesta gastronómica de la ópera en el Hotel Cristina de Noreña, en la que participaron más de 100 comensales.

"Los cantantes en general, y los tenores en particular, tienen merecida fama de tragaldabas", afirmó González Abeledo en su pregón. Una apreciación que ilustró con divertidas anécdotas como la indigestión del tenor José Manuel Zapata tras darse un atracón de fabada y arroz con leche en Cornellana, entre dos funciones de "El barbero de Sevilla". O la picaresca del bajo italiano Marco Stefanoni, que se bufó ante la confusión de un camarero que le había puesto dos huevos fritos en vez de escaldados, pero no desaprovechó el plato ya preparado, comiendo al final cuatro huevos.