La decisión sobre si se instala o no el potro de herrar en la isleta prevista en la parroquia de Ables se tomará por una consulta popular. Los vecinos decidirán si quieren o no que se instale el potro en una votación que coincidirá con la elección democrática del alcalde de barrio de la parroquia.

El equipo de gobierno municipal ha hecho esta propuesta para dirimir definitivamente la controversia que enfrenta a los vecinos de la parroquia entre partidarios y detractores de la colocación del potro.

Los vecinos contrarios a su colocación esgrimían que el potro no deja paso suficiente para los vehículos, y hasta aseguran que al colocarlo se podría estar cometiendo una ilegalidad. No obstante esta oposición, la asociación de vecinos de Ables decidió dar su visto bueno a la colocación del potro tras una asamblea vecinal en la que se votó y de la que salió el apoyo por mayoría.

Los detractores, no obstante, dijeron que sería más adecuada una votación secreta, y no a mano alzada como había sido la de la asamblea vecinal. Siguen argumentando que es una inversión innecesaria y que causaría molestias a los vecinos del entorno.

Por otra parte, como expresó uno de los opositores a la colocación, Ramón Villanueva, es un ornamento que apenas despierta interés, algo que se demuestra en la vecina parroquia de Cayés, "donde hay un potro en muy buenas condiciones que nadie va a visitar". Los vecinos del entorno insisten en que la isleta entorpece el paso de los camiones y resta espacio para el aparcamiento, y consideran que no merece la pena invertir dinero en algo "que no va a beneficiar a nadie".