Juan Majada nació en Avilés hace 51 años. Es doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Oviedo y tras un periodo trabajando para una empresa sueco-finlandesa para mejorar el eucalipto estuvo un lustro trabajando para el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario de Asturias (Serida). Desde su creación en el año 2009 dirige el Centro Tecnológico de la Madera de Asturias (Cetemas), que este mes se trasladó a sus nuevas instalaciones en Carbayín Bajo.
-Tras mucha demora consiguieron instalarse en Siero.
-Este ha sido un edificio polémico que llevó casi doce años poner en marcha. Se diseñó para ser centro de formación profesional y no reunía los requisitos para la actividad científico-técnica. La idea era remodelarlo en 2009, pero no fue posible hasta hace dos años cuando nos comunicaron que había 1,5 millones para acometer los cambios necesarios.
-¿Mereció la pena tanta espera?
-Sin duda hemos pasado de tener unas instalaciones con muchas limitaciones, como eran las de Grado, a estas que en verdad están sobredimensionadas respecto a los servicios que damos actualmente. No obstante, la idea es seguir creciendo y aprovecharlas al máximo.
-¿Hacia dónde pueden crecer?
-Hay varias líneas acordadas al cien por cien con las empresas del sector. Las de mayor potencial tienen que ver con la geomática y herramientas de planificación como pueden ser las mediciones por satélite o los drones. Además, avanzamos en materia de energías renovables, como la biomasa forestal, y en el concepto de bioproductos por los que apuesta la UE.
-¿Qué papel juegan dentro del sector mueblero?
-Ofrecemos apoyo directo en materia de productos como pueden ser estudios de calidad o ensayos. En este país la crisis de la construcción ha hecho casi desaparecer el sector del mueble en un 50% o incluso más en algunas regiones. Ha sido un palo muy importante y al no poder competir en precio hay que diferenciar en calidad de producto.
-¿Cuál es la alternativa?
-La estética o avanzar en aspectos como la resistencia al fuego son algunas de las apuestas. La idea es desarrollar productos de cara a exportar.
-¿En qué estado se encuentra el sector forestal?
-Por un lado tenemos el eucalipto con un aprovechamiento industrial evidente, pues se producen 600.000 toneladas al año y tienen mucho atractivo industrial. Luego tenemos dos especies de pino y el castaño. Este último es especialmente estratégico, ya que disponemos de 100.000 hectáreas que nos convierten en uno de los principales productores y transformadores de esta madera en todo el mundo. El objetivo es aprovecharlo para crear valor añadido.
-¿Genera mucho empleo el centro?
-Actualmente, entre plantilla, estudiantes y el programa de investigación del Serida sumamos unas 25 personas.
-¿Tuvieron buena acogida en Carbayín?
-No tenemos ninguna queja. Sabíamos que había mucha demanda vecinal para la puesta en servicio. Tenemos un trato cordial con los vecinos y estamos contentos.
-¿Da ventaja ubicarse en Siero?
-Hay gente que pierde y gana con el traslado, aunque el personal en general ganó en cercanía. Además, estamos más próximos a los productores, pero más alejados de la materia prima, que se concentra especialmente en el suroccidente asturiano.
-¿Recomienda Carbayín para instalarse?
-Hay perspectivas de desarrollo. En lo que a nosotros respecta estamos intentando dinamizar el edificio con usos compatibles que generen más actividad y hagan de esta zona más atractiva.
-¿Qué otros usos plantean?
-Usar el centro como apoyo de empresas de diversos tipos como "spin-off" o "start up" con base tecnológica.
-¿En qué grado afectó la crisis a la investigación?
-En este país se sufrieron fuertes recortes a los que nadie fue ajeno. Institutos, centros de todo tipo y universidades tampoco se salvaron. En nuestro caso, ahora está casi todo de manos de la propia industria. Un gran porcentaje de nuestro presupuesto lo aportan las empresas.
-¿Cómo valora la iniciativa regional de crear una asociación de centros tecnológicos?
-Somos una región pequeña y con poca masa crítica respecto a otras regiones y se entiende la idea del Principado de que los centros sumen fuerzas.