El presidente de la Orden del Sabadiego, Luis Miguel Suárez, respondió ayer a la petición de la Junta Local de Hostelería de ampliar la programación de las fiestas del Picadillo y el Sabadiego a toda la villa, asegurando que los objetivos de la cofradía son "puramente gastronómicos" y que los festejos cuentan con una amplia programación pese a que las ayudas para los mismos "son una ruindad".

Suárez recuerda que la subvención para la fiesta es de 4.000 euros a los que hay que añadir una orquesta que fue costeada por el Ayuntamiento de Noreña. Una cantidad que considera muy pequeña para afrontar las diferentes iniciativas que promueve la cofradía con motivo de las fiestas locales. "Se trae a gente muy relevante a los que no se les paga, pero sí se les cubre el desplazamiento y la estancia", apunta el presidente de la Orden del Sabadiego, que reivindica estos gastos porque "ponen a Noreña en el mapa incluso a nivel nacional durante varios días".

A este respecto, considera que la fiesta nació con el objetivo de "promocionar y dar a conocer la gastronomía local" y cree que otras aspiraciones que no sean esas deben corresponder a otros estamentos. "Que haya una o dos orquestas y su ubicación es algo que no corre de nuestra mano", indica en clara respuesta a las quejas de los hosteleros porque la programación se concentre en casi su totalidad en torno al quiosco de la música de la villa.

Por otro lado, Suárez lamentó la decisión del ayuntamiento, a petición de los propios hosteleros, de retirar el pasado viernes con el argumento de que no disponía de permisos una pulpería que lleva 15 años instalándose en la fiesta. "Forma parte del mercadillo que organizamos todos los años y que además de permisos tiene seguro", defiende el cofrade, que de igual modo afirma que el negocio tiene su propia cobertura.

Además, niega que la pulpería fuera contratada, sino que sólo hace una aportación a la fiesta al igual que el resto de puestos, pero también admite que desconocía la existencia de un acuerdo entre hosteleros y consistorio para impedir la instalación de puestos de comida. "De habérnoslo transmitido se habrían ahorrado problemas", señala Suárez.