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Empieza mayo sin flores en los pumares

Las bajas temperaturas de la primavera retrasan unos veinte días la floración de los manzanos, habitual en esta época, lo que repercutirá en la recogida, más tardía

Empieza mayo sin flores en los pumares

El calor no acaba de llegar y las flores del manzano no terminan de brotar. Las agradables temperaturas de ayer parece que sólo serán un oasis en el desierto porque las previsiones meteorológicas adelantan que en los próximos días tampoco se acabará de instalar la primavera, aunque hace semanas que ya lo hizo en el calendario. Los cosecheros de manzana para la elaboración de sidra confían en que el mercurio suba y que así los pumares florezcan.

El director técnico de Producción Vegetal de Campoastur, Jorge García, estima que llevan ya un retraso de unos quince días. De hecho, los turistas que el pasado fin de semana participaron en las actividades que organizó el área de Turismo de la Comarca de la Sidra en la Semana de la Floración se quedaron un poco chafados porque no pudieron disfrutar del manto blanco tan típico en las pumaradas asturianas por estas fechas. Pero García, que explicó las características del cultivo del manzano, y Miguel Ángel Naredo, responsable de Turismo, lograron que, a pesar de la ausencia de flores, las visitas a las fincas merecieran la pena y se marcharan satisfechos.

"Llevamos como unos quince o veinte días de retraso con respecto a un año normal porque marzo y abril fueron meses de invierno y no subió la temperatura", argumenta Jorge García. La consecuencia es que "al manzano, como ser vivo que es, le afecta". Y el resultado, que las variedades más tempranas como la de la riega están en un estado muy incipiente de la floración, en botón verde y como mucho, en botón rosa, que el la fase anterior a que brote la flor.

Por lo que para que los pumares puedan presumir del manto blanco que conforman sus flores, necesitan que las temperaturas suban y se mantengan más altas durante unos días. No obstante, Jorge García destaca que esta demora "no tiene por qué ser malo". Pero como la floración está relacionada directamente con la cosecha, "se supone que también se retrasará la recogida" de la manzana, aunque "influye cómo venga el final del verano". Destaca que el tiempo de octubre afecta especialmente al desarrollo de las variedades más tardías porque "si se prolonga el buen tiempo, las puede adelantar un poco".

Aunque el director técnico de Producción Vegetal de Campoastur resta relevancia al retraso de la floración, sí reconoce en que sus 20 años de trayectoria y experiencia en el sector "jamás pasó que no hubiera ni una flor en esta época. Incluso, en los últimos años venía adelantada".

Lo corrobora Enrique Dapena, responsable de Fruticultura del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida). Destaca que si se compara con las campañas de hace unos quince o veinte años, sería "normal", pues no sorprendía que a principios de mayo los pumares aún no hubieran despertado a la primavera y salido del letargo del invierno. Aunque es cierto que "así todo, viene con un poco de retraso". Pero si la correlación se establece con la floración de los últimos cinco años, entonces la demora sí que es considerable. "Las variedades más tempranas, como clarina o coloradona, ya estaban floridas el 15 de abril", cuando ahora están iniciando la floración o acaba de brotar, destaca Dapena.

"Este año faltan horas de calor", insiste el investigador del Serida, pues el principio de la primavera ha sido un período frío, razón por la que las flores se están haciendo de rogar. Añade que, además, se espera que "haya un parón a partir de mañana -por hoy- porque bajarán las temperaturas otra vez y podría seguir ralentizándose un poco". Enrique Dapena recuerda que el árbol, además de las necesarias horas de frío que precisa en el invierno, a partir de la primavera también requiere unas horas de calor, que son las que no acaban de llegar Por lo que hasta que no suba el mercurio del termómetro, las flores se resisten a lucir sus mejores galas y vestir a los pumares con el espectacular manto blanco propio de la primavera. Contemplarlo está en auge y en la Comarca de la Sidra no están dispuestos a dejar escapar este filón turístico, promocionándolo como desde años vienen haciendo en el Valle del Jerte (Cáceres) con sus cerezos. Pero este año toca esperar.

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