El ganado de las parroquias de San Juan de Villapañada y El Fresno está a buen recaudo. En la cuadra. Así llevan desde hace quince días debido a los ataques de lobo que sufre la cabaña y que ha supuesto la muerte de tres burros, un poni y un ternero, así como diversas mordidas a animales que están ahora con tratamiento veterinario. Todo a menos de cinco kilómetros de la villa moscona y con la autovía Oviedo-La Espina a escasos metros. Los ganaderos ya no saben qué hacer para proteger sus reses y claman al Principado una solución.

"En 69 años que tengo jamás hubo lobo por aquí , nunca se vio, aunque la culpa no es del lobo, que tiene que comer, es de quien los suelta y quien los protege", afirma José Luis Rodríguez, de Los Macetes, que ha perdido un burro y tiene otro con los cuartos traseros cosidos. En su opinión, los cazadores deberían tener "vía libre para matarlos, te digo yo que no queda uno".

La guardería del Principado ha certificado y achacado al lobo todos los casos de ambas parroquias. Los ganaderos creen que los lobos se encuentran en los montes de Moutas y que bajan por las noches en busca de alimento.

"Lo increíble es que se meten en las casas aunque haya luz, cualquier día entran en la cuadra a comer", dice Juan Manuel Menéndez.

El joven ganadero de Acebeo ha perdido una pareja de burros y clama por una solución. "Tienen que llevarlos para arriba porque no es normal que estén por el medio del pueblo, no tienen ya miedo al hombre y cualquier día atacan a una persona", estima.

También Amalio Fernández ha estado a punto de perder una de sus cabezas de ganado. "Me cogió una ternera en un prao y no la comió pero la marcó por atrás y en el cuello, menos mal que no pasó nada porque había seis vacas paridas y un toro", explica.

Los ganaderos de las vecinas parroquias de la villa moscona temen dejar el ganado en las fincas y, por el momento, vacas, burros, terneros y ponis permanecerán estabulados.