La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Pola tiene una crónica negra

Incluso una localidad tan tranquila como Pola de Siero tiene su crónica negra. Los vecinos no acostumbran a reparar en ello: los sucesos, especialmente los más dramáticos, estallan de improviso, como las galernas, para después ir quedando atrás, perdidas en el océano del tiempo, en la historia. Uno de estos sucesos ha sido recuperado por Manuel González, que en la última reunión de exalumnos de la Fundación "Don Manolín", en la Pola, sacó a la luz el asesinato, a manos de la Guardia Civil, del alcalde pedáneo de San Miguel de la Barreda a finales de agosto de 1887. Pero hay más, historias, más sucesos, en esa olvidada crónica negra de la Pola.

El caso que documenta Manuel González tiene connotaciones políticas y económicas. En 1887, los elevados impuestos directos a los consumos en el mercado poleso pusieron en pie de guerra a los vecinos de la zona rural. Ya en el mes de enero, 600 vecinos procedentes de Carbayín, Valdesoto y Arenas se concentraron ante el Ayuntamiento de Siero portando una pancarta que rezaba: "Paz y abajo los consumos".

El malestar en las parroquias rurales de Siero fue en aumento a medida que avanzaba el año. Para el verano, los agricultores ya estaban en pie de guerra, y se preparó una gran manifestación para finales del mes de agosto, presumiblemente el día 30, que era martes, aunque otras fuentes la sitúan el 29.

Sea como fuere, más de un millar de manifestantes se concentraron en El Berrón esa mañana, para iniciar una marcha pacífica hacia la Pola. En La Carrera ya tuvieron un primer altercado con la Guardia Civil, aunque sería en la plaza de Les Campes donde se localizaría la tragedia: allí, los agentes abrieron fuego contra la turba, provocando diez heridos y la muerte del alcalde pedáneo de San Miguel de la Barreda, José Menéndez Fanjul, más conocido como "Pin de Los Lloreos".

De un cariz distinto fue otro asesinato registrado en el concejo casi medio siglo después. Fue, más concretamente, el 28 de abril de 1935, cuando un conocido tratante de ganado, Amador Menéndez Morilla, retornaba a su casa de Collado tras haberse reunido con el alcalde de Siero en la Pola. Mas antes de llegar a su domicilio, el tratante fue víctima de un atraco. Fue su propio hijo quien, esa noche, encontraría el cadáver de su padre, con un balazo en el pecho, en una cuneta a la salida de la Pola en dirección a Sariego.

El crimen tuvo repercusión nacional. Incluso algunos medios madrileños, como el "ABC" , se hicieron eco del suceso pocos días después, informando además de la detención de los supuestos autores. Pero el caso se complicaría sobremanera con la llegada del otoño. En el mes de noviembre, un joven langreano de 22 años, Antonio García García, fue prendido por asesinar a un vecino de Villoria, Manuel García. Mas, al verse detenido, el joven confesó también haber matado al tratante sierense y de atracar las oficinas de carbones "La Nueva".

Estos sucesos, no obstante, no son exclusivos de tiempos pretéritos. En la madrugada del sábado 7 al domingo 8 de febrero de 2009, un joven gijonés, Manuel Rodríguez Morán, de 30 años, fue apuñalado en el bar "El Diamante", en una esquina de la plaza de Les Campes. El autor de los hechos era el dueño del bar, Adrián Carrizo, que en ese momento contaba 25 años, y que fue apresado instantes después por la policía, en otro local de la zona. El supuesto motivo: que la víctima había mediado en una discusión del presunto agresor con su novia y camarera del bar. Carrizo sería condenado a doce años por homicidio. El suceso se conocería, en la prensa regional y en la propia localidad sierense, como "El crimen de El Diamante".

Compartir el artículo

stats