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La motera maliayesa que venció al desierto

"Fue duro sin ningún apoyo externo", afirma Judith Obaya tras convertirse en la primera asturiana en cruzar el Sahara occidental

Judith Obaya, tomándose un respiro durante la travesía en el Sahara. REPRODUCCIÓN DE M. M.

"Ahora sí podemos decir que una asturiana, maliaya, es la primera mujer en realizar esta hazaña", señala orgullosa Judith Obaya. La aventurera villaviciosina ha logrado con éxito un nuevo reto: atravesar el Sahara occidental, de norte a sur, en motocicleta. Fueron seis días de viaje, 1.600 kilómetros "off-road" (fuera de ruta), "por puro desierto", explica Obaya, a quien le acompañaron en su aventura el equipo de "Motorcycle-Experiences" y José Manuel Barros.

Si ya es duro atravesar el desierto, aún lo es más "en total autonomía", como ellos hicieron, "solos, sin contar con ningún tipo de apoyo externo". Agente de Policía Local en Oviedo, la motorista relata que cruzaron "los difíciles terrenos desérticos de piedra y arena con lo más básico y necesario que pudimos cargar en nuestras motocicletas". Pasaron por Smara, El Kraa y Bir Enzaren, hasta llegar a Cabo Barbas. El lunes lograron completar esta primera parte de la "Sahara Crossing TA" y ayer iniciaron el regreso, de nuevo, hasta Assa, de donde partieron.

"Hemos seguido antiguas pistas del Rally Dakar, pistas militares, caminos de pastores y algunos tramos fuera de pista", relata la motera. Destaca que "las mayores dificultades" las encontraron al cruzar cauces de ríos como el Oued Todga. Se vieron obligados a tener que aligerar el equipaje para poder cruzar. Además, su travesía hacia el sur se complicó en la última etapa porque se vieron "cerrados en un círculo de dunas móviles (Barkhanes)". Pero "poco a poco y buscando pasos más seguros fuimos avanzando hasta bien entrada la noche", relata la motera maliayesa.

El lunes por la mañana recorrieron los últimos kilómetros, "con la satisfacción de haberlo conseguido", apuntó Judith Obaya. No fue fácil porque tuvieron que sufrir las "dificultades del calor, de la alimentación muy limitada y del esfuerzo que supone dirigir unas máquinas tan pesadas y cargadas por este terreno". Pero lo lograron y la maliayesa suma un nuevo reto sobre su moto. Tiene aún más mérito porque reconoce que hasta ahora no tenía mucha experiencia en las rutas "off-road", pero el paso de los kilómetros y la voluntad de concluir la travesía le permitieron adquirir la destreza necesaria para moverse por este árido entorno, a leer el terreno y a orientarse en la inmensidad del desierto.

Judith Obaya destaca que la "Sahara Crossing TA" pide a las autoridades españolas que cumplan con sus obligaciones para garantizar la seguridad de los motociclistas. Una baliza ha permitido seguir la situación de este grupo en todo momento. Esta aventura ha sido posible gracias al apoyo de sus colaboradores a la hora de equiparse, llevar la moto adecuada -con asientos a medida- o una alimentación equilibrada. Obaya confía en que la Comisión Femenina de Motociclismo "sirva de base para el lanzamiento de muchas niñas y mujeres aventureras", como ella.

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