Los trabajadores del Matadero Central de Asturias han reaccionado con "rabia e impotencia" al conocer que la Agencia Tributaria ha puesto multas por más de un millón de euros a la empresa Junquera Bobes por realizar ventas sin declarar por valor de 2,6 millones. "Esto ya lo habíamos denunciado en su momento y poco caso se nos hizo; en el primer acta, cuando presentaron el preconcurso con el administrador concursal de cara al ERE temporal, ya denunciamos que no se estaba entregando la contabilidad y que había facturas que no encajaban", manifestó el portavoz de la plantilla, Alberto González.

Un informe del Servicio de Inspección de la Agencia Estatal de Administración Tributaria sanciona a Junquera Bobes con el pago de 1.056.297,73 euros por las mencionadas ventas e impone otras dos sanciones tributarias más, una de 125.757 euros, por el impuesto de sociedades, y otra de 164.545 euros, por el IVA.

"Siempre lo dijimos, y tanto la Dirección General de Empleo como el Juzgado dieron por buenas las cuentas que presentó la empresa, y gracias a eso aprobaron un ERE de dos meses y, después, el ERE de extinción, todo ello basado en unas cuentas irreales", señaló al respecto el portavoz de la plantilla.

Porque, asegura, "precisamente los tres últimos años que presentaron pérdidas son los años en los que está demostrado que no habían reflejado la contabilidad real". Y todo esto "tiene unos responsables, que pasan por la gerencia y la direccion de la empresa, el asesor fiscal que llevaba esta ingeniería financiera y el auditor que en los últimos años firmó unas cuentas irreales y falseadas", concreta.

Son los trabajadores, según su portavoz, quienes resultan más dañados por el comportamiento irregular de la dirección. "Esto siempre fue un concurso fraudulento y somos doblemente perjudicados: en primer lugar porque hemos perdido el puesto de trabajo y también en el aspecto económico por culpa de que, a día de hoy, somos acreedores y el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) sólo cubre unos límites y no llegó a alcanzar las indemnizaciones y los salarios que teníamos que haber percibido", sostuvo.

Por otra parte, Alberto González habló de que el conocimiento de este fraude supone cierta justicia con respecto a su posición. "En su día siempre se nos acusó a los trabajadores de que era que no aceptábamos, que denunciábamos porque sí, y lo que hubo fue un fraude y una mala gestión, que es lo que siempre dijimos". Y ahora siguen preocupados por su futuro. Por ello, piden al juez que, "de cara a la valoración de las ofertas que haya, no se mire sólo el tema económico en las ofertas sino también el tema social. Que las ofertas puedan dar una salida a los trabajadores porque no fuimos los resposables ni los culpables de todo, y eso sería un doble castigo si no se tiene en cuenta".

Por su parte, Conceyu Abiertu por Noreña emitió un comunicado en el que considera "gravísimo" el asunto, que demuestra "lo denunciado por los trabajadores y que la gestión irregular fue la principal causa del cierre".

El partido se ratifica "con más fuerza si cabe" en en su apoyo a los trabajadores, "que llevan casi dos años en apoyo a los trabajadores que llevan casi dos años en asamblea permanente y se enfrentan a un futuro incierto".

"Estas sanciones demuestran quién y cómo causó el cierre de esta importante industria de Noreña", insisten, y consideran que "las personas o entidades que de una u otra manera intentaban culpabilizar a los trabajadores del cierre deberían pedir disculpas y reconsiderar sus posturas".

Por último, el partido mostró su apoyo al mantenimiento de la actividad y los puestos de trabajo, una vez demostrada la viabilidad del negocio. "Creemos necesario que del proceso de venta salga un proyecto que retome la actividad, teniendo en cuenta a los trabajadores, en base a una oferta realista y viable. Los trabajadores siempre defendieron la viabilidad de esta emblemática empresa señalando que el problema era la gestión. Nosotros siempre les creímos y los que no lo hacían deberían empezar a hacerlo".

Esperan una rápida resolución de la venta de la empresa "y que ésta no caiga en manos de personas del estilo de los antiguos gestores por el bien de Noreña".