Valdesoto vivió ayer su particular festival de la sidra con un éxito incuestionable. La cita, denominada "Valdesoto con la sidra", repartió en apenas cuatro horas unos 1.000 litros de la bebida autóctona. Lo hizo entre cientos de personas que sólo tuvieron que abonar 3 euros para hacerse con un vaso y colaborar con una organización que corrió a cargo del colectivo "Todos juntos podemos".

La materia prima fue aportada de manera desinteresada por todos los representantes del sector sidrero que, como señaló el miembro del colectivo organizador, Celso Roces, "están vinculados de alguna manera" a la localidad sierense. Por un lado, once lagareros que abastecen a los diferentes establecimientos hosteleros locales donaron varias cajas cada uno. Por el otro, media docena de productores aficionados de la parroquia que quisieron compartir su preciado líquido entre sus vecinos y muchos visitantes.

Todo ello luchando contra los elementos, pues las fuertes rachas de viento que dominaron la jornada fueron todo un lastre para los voluntariosos escanciadores. "Va a estar difícil, pero lo intentaré", señalaba José Enrique Hevia, que a pesar de curarse en salud ejecutó a la perfección el escanciado de un culín que la gente le quitaba de las manos. "Está perfecta", señaló la polesa Carmen Fernández, que ayer debutaba en la cita valdesotina, tras catar una de las sidras participantes.

Como suele ser habitual, los vecinos aprovecharon el evento lúdico para contribuir a causas solidarias. En esta ocasión, aportaron diferentes pinchos que fueron vendidos entre el público para contrarrestar el efecto de la sidra y ya de paso recaudar fondos para ayudar a sufragar los tratamientos de la niña del pueblo, Elena Barreiro, afectada por el síndrome de Sanfilippo.