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JUAN RAMÓN GARCÍA ÁLVAREZ | Juez de paz de Carreño

"Nosotros mediamos para intentar evitar problemas entre los vecinos"

"El concejo registró 68 nacimientos desde enero de 2015 y percibo que cada vez hay menos, y más defunciones"

Juan Ramón García Álvarez, ayer, en Candás. ILLÁN GARCÍA

Juan Ramón García Álvarez (Candás, 1942) es, desde hace catorce años, el juez de paz del concejo de Carreño. Atiende diariamente a los vecinos en el Juzgado de paz de la capital del concejo, ubicado junto a la Casa de Cultura y a pocos metros del consistorio municipal. "Renové el cargo el pasado 31 de marzo y me llenó de orgullo que los diecisiete concejales del Ayuntamiento votaran a favor de mi continuidad", destaca García Álvarez al comienzo de la entrevista celebrada ayer en la sala de vistas de Candás. Actualmente, Juan Ramón García Suárez está jubilado. Anteriormente trabajó como director de una entidad bancaria en Candás. La villa marinera acoge esta mañana un encuentro de los jueces de paz asturianos.

-¿Qué labores tiene un juez de paz?

-La primera es servir a los vecinos y buscar soluciones a los problemas de la vida diaria. También actualizamos el Registro Civil, tanto los fallecimientos como los nacimientos, e igualmente realizamos matrimonios civiles, y no solo de Candás y de Carreño, sino también de Gijón. Y marchan encantados.

-Hay personas que no conocen esta figura del juez de paz. ¿Han cambiado mucho sus funciones con el paso de los años?

-Antes interveníamos en juicios de faltas por insultos o amenazas de unos vecinos a otros. Pero en 2015 nos quitaron esa función.

-Ya que registra los nacimientos y los fallecimientos, ¿cómo ha evolucionado la población en el municipio de Carreño?

-Desde enero de 2015 registré 68 nacimientos. Y percibo que en Carreño ocurre como en otros lugares, cada vez hay menos nacimientos y más defunciones. Cada vez hay menos habitantes.

-Un juez de paz no tiene porqué tener conocimiento de las leyes, ¿no es así?

-Es cierto. El secretario del Juzgado sí las tiene. Otra de nuestras labores son las conciliaciones como un paso previo al juicio que se celebraría en un juzgado convencional. Suelen acudir los abogados acompañando a las personas implicadas. Algunas de esas quejas son cobros de teléfonos móviles y facturas en general. También problemas vecinales como, por ejemplo, un vecino que ocupa la finca de otro con plantaciones. Nosotros sólo tenemos que mediar para intentar evitar problemas entre los vecinos.

-Después de jubilarse, decidió optar a ser juez de paz de Candás, ¿a qué se debió esa decisión?

-Me gusta estar ocupado. Termino a las dos y luego voy a buscar al nieto al colegio, le llevo a fútbol, al atletismo, a la piscina... Y también me gusta ayudar a la gente. Espero que no nos quiten más funciones, hacemos un bien para el pueblo.

-Durante sus años como juez de paz, ¿ha tenido problemas en alguno de los casos que ha llevado?

-Si tuviera algún problema dejaría este puesto.

-Candás acoge esta mañana un encuentro de los jueces de paz asturianos.

-Todos los años nos reunimos en un pueblo de Asturias. El encuentro de este año se hace en Candás y es así porque, en su momento, me dijeron que si seguía al frente del Juzgado de paz se haría aquí, y aquí estaremos. Acudiremos aproximadamente unos veinte jueces de paz de toda la región.

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