"Somos una parte fundamental del estado de derecho. Podemos gritar bien alto que somos empleados públicos". Así reivindicó ayer el delegado de FSP-UGT en el Ayuntamiento de Siero, Alberto Rozas, la función pública. Unas palabras que dirigió, además, a un grupo selecto de empleados municipales: los doce funcionarios distinguidos, con motivo de la celebración de Santa Rita, por su trayectoria en el Ayuntamiento de Siero.

En total, el consistorio sierense distinguió, con su insignia de oro, a siete empleados que se han jubilado en el último año: Emilio José García Rodríguez, Abelardo de la Torre Palacio, Indalecio Ordóñez Roces, Pedro José Cocho Menéndez, Basilio Nuño Álvarez, Juan Ricardo Álvarez García y Armando Casielles Blanco. Además, se entregó la insignia de plata a otros cinco empleados que han cumplido los 25 años de servicio en el consistorio: Sonia Rodríguez Gómez, María Jesús Fernández Loredo, Elena Portugués de Lucas, Lesmes Nachón Riestra y María Elena González Laria.

En el acto participaron representantes de todos los grupos municipales, que agradecieron el trabajo de empleados y exempleados y, en algunos casos, incluso recordaron con cariño sus vivencias con los funcionarios ya jubilados. Entre las intervenciones de los representantes políticos, destacó la del portavoz del Partido Independiente de Siero (Pinsi), Juan Camino, quien aseguró a los funcionarios jubilados que empiezan una etapa de su vida especialmente grata, liberados además de jefes y responsabilidades. Por su parte, el portavoz de Somos, Javier Pintado, reivindicó que los empleados municipales son el motor de un ayuntamiento: "Vuestro trabajo hizo grande a Siero, a pesar de que los políticos nos hayamos podido equivocar en múltiples ocasiones", afirmó.

Más allá de estos elogios, a los trabajadores les quedan las vivencias de tantos años bregando en el consistorio. "Llevo 52 años trabajando, desde los 12. Empecé de aprendiz en una empresa fontanería, y tras unos años, cosa de ocho, entré en el Ayuntamiento. Creo que me he ganado la jubilación", afirmaba Pedro José Cocho. Como es obvio, su trabajo le dirigió primero al departamento de aguas, donde pasó la mayor parte de sus años de servicio público. "Estuve muchos años allí, pero empecé a tener problemas de salud y el médico me recomendó cambiar. Me pasaron a cultura, que es un área de menor exigencia física, y me destinaron al Casino de Lieres", precisa Cocho.

El ya exfuncionario brinda por esa dilatada trayectoria con otros jubilados recientes. Entre ellos están Basilio Nuño y Abelardo de la Torre, que fueron durante décadas compañeros en el servicio de limpieza. "Yo estuve 35 años trabajando aquí, pero Abelardo llevaba incluso más", explica Basilio Nuño. Su excompañero asiente y añade la cifra que falta: "Trabajé durante 48 años en este Ayuntamiento. Podría decirse que es mío", comenta De la Torre, entre risas.

Precisamente, a las puertas de la casa consistorial pasó sus últimos meses de servicio el policía local Juan Ricardo Álvarez. Un puesto en el que sucedió a otro agente muy querido por sus compañeros: Alfonso Corripio. "Fueron unos meses, me destinaron aquí cuando él se jubiló. Pero llevaba ya unos cuantos años de servicio: entré en el cuerpo en el ochenta", relata. Aunque apenas lleva jubilado unos meses, ya le ha dado tiempo a descubrir las ventajas de su nuevo estado: "Hombre, se echa de menos a los compañeros. Pero nada más".

Tras recibir las insignias de oro y plata, los funcionarios compartieron con los representantes municipales una comida, en honor a Santa Rita, en Les Campes. Una velada en la que no faltaron las anécdotas, las chanzas y los mejores deseos para los que ya han cumplido con sus años de servicio público.