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La belleza del alambique

Gonzalo Vallejo y Deli Fernández instalan en la Pola un puesto con cremas y bálsamos

Gonzalo Vallejo, con un gel de baño, ayer, en su puesto. FRANCO TORRE

Son multitud los productores que llevan décadas acudiendo al mercado poleso. Hombres y mujeres cuya presencia es una constante en los aleros de la plaza cubierta, siempre situados en un mismo lugar al que acuden, martes tras martes, sus clientes más fieles. Pero la fama y la nutrida concurrencia del mercado poleso atrae también, periódicamente, a nuevos comerciantes que tratan de hacerse un hueco, también una clientela, en la plaza. Uno de ellos es Gonzalo Vallejo, que ayer completó su segundo martes en el mercado.

Vecino de Lugones, Vallejo se dedica a la preparación y comercialización de bálsamos y cremas naturales, orientados tanto a la salud como a la cosmética. "Trabajamos mi esposa, Deli Fernández, y yo. Puestos a buscar un socio, tu mujer es el mejor que puedes tener", comenta Vallejo. Además de su huerta de Lugones, el matrimonio tiene otro terreno en Valladolid, donde también recogen las hierbas que luego servirán para hacer sus cremas.

"Usamos muchas hierbas típicas de aquí, pero hay otras que no las encuentras por esta zona o que son mejores en Castilla, y las traemos de allí", explica. Una de estas hierbas es la lavanda, que el matrimonio usa para hacer un perfume. "La tenemos en ambos sitios, pero la de Castilla es más fuerte y nos da mejores resultados", explica Vallejo. Además, tampoco hacen ascos a usar hierbas de otras latitudes, como de la Amazonia.

Todos estos bálsamos y cremas se hacen con métodos tradicionales, y sin recurrir a soluciones químicas. "No elaboramos nada por maceración, sino que utilizamos un alambique. Extraemos la esencia de todas las plantas y las vamos mezclando", explica el productor, que también oferta a sus clientes algunos tipos de infusiones.

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