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"Estaba llena de sangre, se ensañó", dice una maliayesa atacada por un águila

La mujer, que iba de Cazanes a Villaviciosa, fue agredida por un busardo ratonero que ya se ha enfrentado, al menos, a cuatro personas más

Isabel Carrio muestra el arañazo que le hizo el ave rapaz en la frente. M. M.

"Fue un susto muy grande y una impotencia... porque te planea encima de la cabeza. Empecé a sangrar y no sabía de dónde me venía la sangre. Me puso la pata en la cabeza y con la uña me arañó en la frente. Fueron como unas diez veces". Es el testimonio de María Isabel Carrio, que aún no se ha repuesto del susto después de que le atacara un busardo ratonero, o águila ratonera, como se la llama popularmente, cuando volvía caminando de Cazanes a Villaviciosa. Acostumbra a ir tres días entre semana para ayudar a sus hermanos. La lleva su marido y luego a ella le gusta regresar a pie los 3,5 kilómetros que distan.

Esta maliayesa cuenta que ya había escuchado a otra vecina contar que un águila se le había enfrentado hacía unos quince o veinte días, pero no imaginó que el sábado la atacaría a ella. Fue a las siete menos cuarto de la tarde. Ocurrió en la zona de El Valle, "bajando de Cazanes para coger la carretera de la Villa", explica María Isabel Carrio.

"Se pone en un árbol, mirando para tí, y en el momento que caminas, te ataca. Él de frente nunca va, me vino de espalda, y yo le daba con una bolsa, pero nada", recuerda la mujer. "Es un pájaro muy agresivo", destaca. "El vuelo que te hace encima de la cabeza es tremendo", porque calcula que entre ala y ala hay un metro. Así que lo tiene claro: "no bajo más andando, qué va..." Finalmente, María Isabel Carrio vio que bajaba un vecino en coche y se apuntó al viaje, aún conmocionada y ensangrentada.

"En casa casi me desmayo del susto, no podía ni bañarme. Estaba nerviosa, agitada... Fue horrible. Estaba llena de sangre. Se ensañó conmigo", recuerda la mujer. Tuvo que acudir al médico para que le curara las heridas; no eran profundas, pero le hizo un buen arañazo en la frente, "de un lado a otro, hasta la ceja". Por eso da gracias de que no le dañara un ojo. Cree que la arañó con la garra. También le ocasionó lesiones en la cabeza. En el centro de salud le inyectaron un refuerzo de la vacuna del tétanos.

Aunque ella ha sido la única víctima hasta la fecha de este busardo ratonero, varios vecinos o paseantes de la zona cuentan que también se han encontrado con el ave, que les ha hecho frente. Uno de ellos fue Casimiro Huerta Sánchez, que suele caminar por la zona. Él tuvo más suerte porque llevaba gorra. Le ocurrió el martes. Ese mismo día, a María Isabel la llevó a Cazanes en coche su marido y cuando éste regresó a la Villa, se encontró con el águila y por dos veces se vino a él, pero sin agredirle. Su hermano, Emilio Carrio, no quiso dejarla sola y la acompañó caminando, provisto de angazu y traenta, y allí la encontraron. La maliayesa ha avisado a la Policía Local, a la Guardia Civil, al Seprona y a la Consejería de Desarrollo Rural.

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