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JUAN FRANCISCO GARCÍA | Catedrático de Anatomía Patológica de la Facultad de Veterinaria de León

"Ya es posible hacer diagnósticos mejores de la tuberculosis vacuna"

"Asturias es, con Galicia, la comunidad con menor tasa de incidencia de la enfermedad, las cosas se han hecho bien"

Juan Francisco García, en Posada de Llanera.

Con motivo de la reunión anual de la Unión Ganadera Asturiana en San Cucao, el catedrático de Anatomía Patológica de la Facultad de Veterinaria de León Juan Francisco García Marín ofreció una conferencia sobre la tuberculosis bovina, una enfermedad que afecta principalmente al sistema respiratorio de las reses y que, pese a que está en boga debido a las denuncias de los ganaderos sobre la escasa fiabilidad de los análisis, "está prácticamente erradicada en Asturias".

-¿Es la tuberculosis bovina una enfermedad preocupante para los ganaderos de la región?

-Asturias es, con Galicia, la comunidad autónoma con la menor tasa de incidencia de esta enfermedad en España. Aquí se han hecho bien las cosas a lo largo del tiempo, y el único problema al que se enfrentan ahora mismo los empresarios del sector son los diagnósticos erróneos.

-¿A qué se deben estos fallos?

-Los falsos diagnósticos son inevitables porque los resultados de algunas pruebas pueden llevar a equivocaciones o a malas interpretaciones. En muchos casos conducen al error reacciones provocadas por baterias similares. También es cierto que se siguen detectando positivos que lo son, porque la fauna silvestre en ocasiones contagia a los animales de las ganaderías.

-¿No se puede mejorar en este aspecto?

-Es posible determinar si estas reacciones en los animales están provocadas por la bacteria de la tuberculosis o no gracias a los recursos de los que disponemos, y que ahora se están empezando a utilizar.

-Pero los ganaderos no pueden esperar.

-Esta situación conlleva unas reticencias importantes entre los profesionales, que no comprenden por qué, si lo han hecho todo bien, como les habían prescrito, les dicen que tienen un brote.

-¿Qué consecuencia tiene para un ganadero tener un positivo entre sus animales?

-Cuando se detecta la bacteria en un animal se resuelve con eliminación pura y dura. Es cierto que nos movemos en índices muy bajos, y que para el conjunto de la ganadería de la región no supondría en ningún caso un problema. Pero en el momento en el que a un empresario le detectan esta enfermedad en una res su ganadería pasa a correr un importante riesgo. Además, el miedo que crea entre los compañeros de su alrededor también afecta. Existen indemnizaciones para estos casos, pero no lo compensan.

-¿Por qué muestra Asturias tan buenas cifras en la prevención de esta enfermedad?

-Se trata de una región ganadera donde el vacuno no sólo tiene una gran importancia económica, sino social. Esto hace que los ganaderos asturianos sean muy profesionales y, junto a los veterinarios, hayan trabajado para lograr reducir estos índices. Estas cifras son imprescindibles para poder comerciar con la carne.

-¿Podría producirse un contagio de animales a humanos?

-Las posibilidades de que eso ocurra son remotas. Además de los controles sobre las ganaderías, en los mataderos se realizan también análisis e inspecciones, lo que supone una barrera de prevención importante. Independientemente de esto, la transmisión de la tuberculosis es importante entre humanos, el riesgo con animales es mucho menor.

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