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El tren ya para en Tamón

La parroquia, que vio truncada su comunicación por vía férrea a principios del siglo XX, alberga un completo museo sobre la historia del ferrocarril en el concejo

El tren ya para en Tamón

Tamón carece de tren, pero tiene museo del ferrocarril. Un centro de interpretación anexo al centro social de la parroquia repasa la centenaria historia del tren a su paso por el concejo. Un ferrocarril al que los vecinos siguen recordando como "El Carreño" en recuerdo de la empresa que lo regentó hasta que Feve y, posteriormente, Adif se hicieron con el control de las locomotoras.

El museo comienza su ruta repasando los éxitos y fracasos de un tren que nació parejo a la industrialización del concejo, con la pesca y los yacimientos de mineral de hierro. Ya en el siglo XIX Candás contaba con diez fábricas conserveras que ayudaron al impulso del ferrocarril. En 1890, Carreño contaba con 15 minas de hierro en Piedeloro, Carrió, Candás, Guimarán y Perlora, entre otros lugares. Una década más tarde, la sociedad Minas de Hierro y Ferrocarril de Carreño comienza a operar para conectar con ramales a Coyanca, El Regueral y Piedeloro. Y siete años más tarde, el primer viaje del tren que unió Candás y Aboño. Por aquel entonces, se transportaban solo mercancías.

En 1910 la compañía se abre al transporte de viajeros. Cuando el tren casi había comenzado, la gestora quiebra dados los malos resultados económicos y no es hasta 1917 cuando el Marqués de Urquijo asume el control del ferrocarril que popularmente el pueblo conoce como "El Carreño". El transporte de viajeros es su fuerte y en 1920 se convierte en el primer tren eléctrico de Asturias. Dos años más tarde, Avilés se conecta con Gijón a su paso por el concejo. La inauguración de Ensidesa a finales de los años cincuenta da un giro notable al servicio y los resultados económicos de la gestora mejoran considerablemente. Este auge cae años después, cuando en la década de los sesenta el transporte por carretera se convierte en un duro competidor para el ferrocarril.

En 1974, "El Carreño", entonces gestionado por la Compañía del Ferrocarril de Carreño, pierde su identidad de concejo para pasar a depender de Feve. Con esta integración en la vía estrecha española desaparece el último ferrocarril privado de Asturias. El centro de interpretación se detiene también en mostrar antiguos uniformes de Feve, con su banderín rojo y gorra típica del jefe de estación, e incluso clavos para la sujeción de los raíles y traviesas y un picabilletes de cuando "El Carreño" era "El Carreño".

Tamón pudo tener tren, pero el plan para la construcción del denominado "Ferrocarril estratégico" se truncó. Las obras comenzaron en 1922, se pararon durante la Guerra Civil española y poco más se supo de ellas. Del tren que iba a circular por Tamón, Ambás, El Valle y Prevera solo queda una ruta que recibe el nombre de "Ferrocarril estratégico" y comunica esta zona del concejo con el Monte Areo a través de una vía verde inaugurada en 2012.

Un papel a destacar en el ferrocarril carreñense fue la inserción laboral de las mujeres. En 1957, las féminas eran el 12 por ciento de la plantilla, una reseñable teniendo en cuenta que el franquismo identificaba a la mujer como madre y ama de casa exclusivamente. Tenían salarios más bajos que los hombres. De hecho, el museo destaca un ejemplo de sueldo en palabras de una de las trabajadoras de "El Carreño" cuando comenzó a formar parte de la plantilla de Feve. Con el tren privado local cobraba 2.800 pesetas mensuales y cuando pasó a Feve, su sueldo llegó a las cinco cifras, 17.900 pesetas en pleno 1974.

Como las grandes compañías asturianas, véase Ensidesa y Hunosa entre otras, la Compañía del Ferrocarril de Carreño contaba con economato y escuelas de apoyo para los hijos de ferroviarios, y organizaba charlas y actividades lúdicas para los empleados. Es más, el patrón de los trabajadores del tren carreñense era diferente al del resto de ferroviarios, San Fernando frente a San Cristóbal.

Y toda esta historia apoyada con maquetas de una estación y un puente, con un mapa de Carreño que dibuja las diferentes vías y ramales a lo largo de su historia desde principios del siglo XX. Todo puede verse en Tamón, en el centro social próximo al cementerio y en el que hasta hace no muchos años los niños de la parroquia daban vida a la escuela, hoy reconvertida en un centro de interpretación que mantiene viva la esencia de ese ferrocarril que recibió el nombre popular de su concejo natal.

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