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El cura de Colloto ve "injusto" que el Alcalde le inste a arreglar la capilla

"Tal como lo dice es como si yo no tuviera hacia el templo la atención que me corresponde", advierte el párroco, al que el gobierno local da un mes para hacer obras

José Manuel Pidal, muestra la esquina dañada de la capilla de Llames. MANUEL NOVAL MORO

El párroco de Colloto, José Manuel Pidal Cardeli, ha denunciado lo que considera una "injusticia" del Ayuntamiento de Siero hacia él y su parroquia. El municipio le exige reparar el techo de la capilla de Llames y le ha advertido, recientemente, de que si no lo hace, se hará de oficio y se le remitirá la factura. Lo que más le molesta al párroco es que él mismo se preocupó por el problema desde un principio pero no se le hizo ningún caso.

Todo comenzó el 7 de diciembre de 2015, cuando, a las dos menos diez de la tarde, recibió una llamada de la Policía Local de Siero. Esto fue lo que le dijeron, según relata en una carta que le envió al alcalde de Siero, Ángel García: "Estamos donde la capilla de Llames; nos avisaron porque se cayó una teja y otra se está cayendo y es un peligro". Este fue el mensaje, y el cura les contestó que al ser festivo ese día y al día siguiente, iría el día 9 con un albañil. Así lo hizo pero se encontró "un panorama diferente".

"No se trataba de una teja caída por efectos del mal tiempo, ni del viento, ni del abandono por parte de los responsables de la capilla. La capilla está perfectamente cuidado y el tejado lo mismo", prosigue el sacerdote. Lo que había ocurrido era "que algún vehículo había chocado contra la esquina y había lanzado alguna teja al centro del camino y se había hecho añicos; otras tejas quedaron removidas y con peligro de caerse".

Cree que la información de la Policía Local "no se ajusta a los hechos posiblemente ocurridos" y "cuando menos es excesivamente elemental e incompleta". En el escrito, el sacerdote preguntaba por la persona que había avisado a la Policía, que supone "que estaría informada de quién chocó contra la capilla", y recordaba que "los desperfectos tendría que pagarlos el seguro del vehículo que chocó con la misma".

Pidal dijo tener derecho "a conocer el nombre de la persona que en vez de llamarme o venir a verme a mi e informarme, utilizó a la Policía Municipal de Siero para tratar de 'endosarme' la responsabilidad de los desperfectos; al menos, en apariencia así es, y da la impresión de que los policías municipales le siguen la corriente, lamentablemente".

También advertía en el escrito de que el paso por detrás de la capilla era muy estrecho entonces por la presencia de un seto muy crecido por fuera del cierre de una finca y que parecía lógico que los vehículos chocasen. A pesar de esta explicación y de las solicitudes que hizo el sacerdote, la única respuesta que recibió fue una resolución de la concejala de Urbanismo, Noelia Macías, firmada a principios de marzo pero entregada a finales de mayo, en la que se decreta que la parroquia de Colloto o el Arzobispado "reparen las deficiencias observadas en la capilla" y se establece el plazo de un mes, "transcurrido el cual se procederá a la ejecución subsidiaria de las obras mencionadas, a su costa y por personal municipal".

"Tal como lo dice es como si yo no tuviera la atención que me corresponde con la capilla, cuando no es así", concluye el cura de Colloto.

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