"Queremos que ser nosotros quienes establezcamos los límites en nuestras vidas, y no que la vida nos ponga límites". Con esta declaración de intenciones ha nacido la asociación Llanera Sin Barreras, que pretende hacer del concejo un lugar mejor para las personas con movilidad reducida, y que en su primera semana de vida ya cuenta con una docena de socios. Entre sus pretensiones se encuentra "eliminar las barreras físicas y sociales" del municipio, un trabajo que, aseguran, "será largo", ya que "Llanera se encuentra a la cola" en lo que a materia de movilidad se refiere.
"Ahora mismo tenemos que empezar a trabajar desde cero, porque en Llanera no se ha hecho nada por mejorar la vida de las personas con movilidad reducida en los últimos años", explica Juan Majada, presidente de la entidad. "Nuestra prioridad es que el Ayuntamiento forme una comisión de barreras, en la que nosotros estemos integrados, y también llevar a cabo campañas para concienciar a los jóvenes, ofreciendo charlas y actividades en colegios".
"Nuestro día a día es una aventura. Sales de casa y no sabes con qué te vas a encontrar, si será una acera o el montacargas de un autobús que no funciona el que te hará volver a casa. Siempre hay algo", atestigua Jesús Menéndez, vocal de la asociación. Uno de los aspectos que más les limita, dicen, es que "hay muy pocos negocios accesibles" para ellos. "No puedo elegir en qué supermercado comprar, porque sólo puedo entrar en uno. Del mismo que no puedo ir a tiendas de ropa que no cuentan con probadores preparados o cafeterías en las que nos resulta imposible acceder", asegura Menéndez.
Otro de los problemas es que en muchas ocasiones existe buena voluntad, pero falta conocimiento. "Hay que diferenciar entre adaptado y accesible. El primero quiere decir que la instalación está preparada para el uso de personas con minusvalía, mientras el segundo significa que una persona con movilidad reducida puede acceder a él. Nuestro problema es que en muchos casos nos encontramos con lugares adaptados, pero no accesibles", explica el presidente. Una problemática que se agrava "por la libre interpretación" de la ley de movilidad y porque "en muchos casos se dan de paso obras sin realizar un examen exhaustivo".
Curiosamente, uno de los lugares a los que tienen limitado el acceso es el ayuntamiento. "Si queremos hablar con el Alcalde no podemos. O baja él para reunirse con nosotros o no hay manera", relatan. Por ello, para concienciar a la corporación municipal, lanzan un mensaje. "Les invitamos a que pasen una jornada con nosotros. Les dejamos una silla de ruedas y les invitamos a que se muevan por el concejo. Así podrían comprender lo mal que está todo", argumentan.
Además de en el ayuntamiento, Llanera Sin Barreras encuentra más edificios y servicios públicos. "El ambulatorio de Posada tiene una rampa de acceso, pero para abrir la puerta hay que tirar, y eso ya resulta imposible para nosotros. Los locales sociales para mayores no cuentan con baños adaptados y conseguir los horarios en los que pasan autobuses y trenes con rampas elevadoras es casi misión imposible", afirma Javier Jorna, vicepresidente de la organización.
Los integrantes de Llanera Sin Barreras consideran que adaptar el concejo también puede ser un buen reclamo turístico. "En Gijón, por ejemplo, puedes realizar sendas de diez o doce kilómetros sin ningún problema, y aquí no recorres ni dos sin encontrarte un obstáculo. Este tipo de detalles hacen que, incluso nosotros, nos desplacemos a otros concejos en nuestro día a día. Si el Ayuntamiento realizase las labores necesarias, y el sector privado también apostase por las personas con movilidad reducida, nos comprometeríamos a realizar una guía turística enfocada a minusválidos que sería un buen reclamo", asevera Majada.
