La carretera autonómica que une las localidades de Perán y Tabaza, la CE-2, requiere una reforma integral, no sólo en el pavimento, sino también en los márgenes del vial, donde la maleza impide ver algunos indicadores toponímicos, como es el caso del de Coyanca. El Ayuntamiento conoce las quejas vecinales sobre el estado de la carretera y las ha trasladado a la Consejería de Infraestructuras para que ejecute las obras necesarias a la mayor brevedad posible. Esta carretera es uno de los viales secundarios del concejo más utilizados por los vecinos, sobre todo en época estival. Los bañistas de Candás y Perlora suelen circular por esta carretera para evitar pasar por la capital del concejo en días de playa.

Según expresó la alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández (PSOE), la vegetación que invade la carretera dificulta la visibilidad de los conductores en no pocos tramos de los ocho kilómetros que hay entre Perán y el entronque con el vial de acceso a Tabaza. Además, continúa Fernández, las señales toponímicas "están ilegibles por la vegetación, y algunas de ellas están llenas de verdín". Eso sin mencionar los baches, que son habituales en todo el trazado, tanto por el hundimiento del terreno como por la falta de asfalto en el firme.

El Ayuntamiento incorporó a su petición a Infraestructuras un informe elaborado por la Policía Local en el que aporta fotografías sobre el estado de las señales y el firme, entre otras deficiencias, en cada punto kilométrico.

Estas demandas fueron expuestas en la reunión mantenida por la Alcaldesa con el director general de Carreteras, José María Pertierra, el pasado mes de abril. Visto que las obras no se habían comenzado en estos meses, la semana pasada el Ayuntamiento reiteró su reclamación.