La resolución por la que el Ayuntamiento de Siero ha ordenado la reparación de la cubierta de la capilla de Llames, en Colloto, es "una más de las que cursa el área de Urbanismo en caso de deterioro de edificios", según asegura la concejala Noelia Macías.

El párroco de Colloto, José Manuel Pidal, había considerado injusto que se le hiciera reparar una esquina del tejado de la capilla por el hecho de que no fue resultado del abandono o descuido sino de un golpe que dio un camión al pasar junto al edificio por un paso que es muy estrecho.

La edil, por su parte, sostuvo que lo único que hizo el municipio fue cumplir estrictamente la normativa. Hubo una denuncia de los vecinos de la zona el mismo día en que se produjo el incidente, el siete de febrero de 2015. En ella, los vecinos ponían de manifiesto que el tejado estaba roto y que había tejas por el suelo, y la Policía Local acudió a realizar el informe correspondiente.

A partir de ahí, informaron los servicios de Urbanismo, que a su vez hicieron un informe, y la concejala del área dictó la resolución para hacer cumplir las exigencias de la normativa sobre las condiciones mínimas de seguridad, salubridad, ornato y supuestos de riesgo inminente.

La resolución instaba a la propiedad de la capilla de Llames "a la reparación de la cornisa y reposición del material de cobertura deteriorado, para lo cual se ha de emplear el mismo tipo de tejas a las existentes".

La propia resolución establece que si no se hace la reparación transcurrido un mes, "se procederá a la ejecución subsidiaria de las obras mencionadas, a su costa y por personal municipal".

El cura argumentaba que la reparación de los daños debía correr a cargo de quien causó los daños, esto es, del conductor o propietario del camión. Que la propiedad de la capilla no era responsable del deterioro, porque esta estaba bien conservada, y fue el accidente el que la dejó en su actual estado.

La concejala dijo al respecto que esa cuestión no le compete al Ayuntamiento. La razón por la que el municipio ordena la reparación es la seguridad. A partir de ahí, se trata de un litigio entre particulares sobre quién tiene la responsabilidad de abonarlo.