El emblemático toro de Osborne localizado en La Carrera (Siero), uno de los cuatro que descollan en el paisaje astur, ha sido objeto de una intervención artística con un singular resultado. Desde hace algunas fechas, la inconfundible efigie del pato Calimero llena los testículos de la emblemática silueta. En el pasado, esa parte anatómica del toro ya había sido objeto de otras intervenciones, aunque nunca se había usado una iconografía tan popular como la del pato creado por Ignazio Colnaghi y los hermanos Pagot. El toro de La Carrera se sitúa a la vera de la Nacional 634, en su tramo entre El Berrón y Pola de Siero. Una localidad, esta última, conocida entre otras cosas por su fiesta de los Güevos Pintos, celebración que, huelga decirlo, consiste en otra cosa.