La Junta de Gobierno de Siero aprobó el pasado 26 de mayo la primera licencia para construir nuevos bloques de viviendas en La Fresneda desde el año 2007. Una actuación solicitada por la constructora Los Álamos, que ya cuenta con varias reservas para unas residencias que serán entregadas en noviembre de 2017 y que podrían dar paso al desarrollo de nuevos bloques tras un largo período de paralización.

Aunque la última licencia fue aprobada en 2007, los últimos movimientos de construcción en la urbanización datan de 2013, pues fue ese año cuando se terminó de ejecutar y se entregaron las viviendas para las que se había solicitado permiso seis años antes al órgano colegiado municipal, mientras que en el caso de las licencias para viviendas unifamiliares se tramitó una licencia tanto en 2013 como en 2011.

Fue, curiosamente, 2007 el año más traumático para la construcción en la zona, pues la demanda pasó de su pico más alto al más bajo en apenas unos meses. "El primer semestre de aquel año fue el mejor de la historia y el segundo, el peor con diferencia", señala el comercial de la constructora Los Álamos, Orlando Méndez, quien confía en que esta nueva promoción sea el principio de la remontada del sector más castigado por la crisis económica.

Entre los planes de la constructora que puso los pilares de la urbanización figura realizar una promoción en una parcela situada a escasos metros de la que fue objeto de la licencia aprobada a finales del pasado mes. Ambas están situadas en una de las zonas más altas del área residencial y entre sus atractivos destaca la cercanía a todos los servicios públicos de La Fresneda. "Estamos comenzando con las reservas de la nueva promoción y una vez que tengamos un grupo de gente interesada tramitaremos una nueva licencia", explica el comercial, que calcula que la construcción de las nueve viviendas autorizada se pondrá en marcha de manera inminente.

Esta tímida reactivación de la construcción en La Fresneda supone una gran noticia para el sector en todo el concejo de Siero, pues evidencia cierta recuperación de una actividad inmobiliaria que en los últimos años está bajo mínimos, si bien los promotores alertan de que la incertidumbre política y la lentitud de la Administración lastran su actividad. "Desde que pedimos la licencia hasta que la aprobaron pasaron tres meses", explican.