La Casa de Cultura de Noreña acogió ayer la presentación de la guía de Noreña incluida en la colección "Asturias, concejo a concejo", que edita el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA). Un acto que sirvió de reivindicación de la historia de la Villa Condal y, también, de un rico patrimonio que no siempre ha recibido la atención que se merece.

Participaron en el acto los cuatro autores de la guía, un equipo interdisciplinar formado por los historiadores Carlos González Cuesta y José Antonio Leirado, la historiadora del Arte Bárbara Barreiro y el geólogo Andrés González Quirós. Los autores estuvieron flanqueados por el director del RIDEA, Ramón Rodríguez; el subdirector y responsable de la colección, Andrés Martínez Vega, y la alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña.

Fue Antuña, en su papel de anfitriona, la primera en reivindicar la historia local y, también, la labor de varias generaciones de historiadores, empezando por Juan Uría Ríu. "Noreña siempre estuvo preocupada por su pasado", afirmó la Alcaldesa.

Los autores, por su parte, cogieron el guante y glosaron distintos pasajes de la historia local, reclamando, además, mayor atención para su patrimonio. "Los túmulos neolíticos de La Pasera están llenos de escayos. En medio de uno hay plantada incluso una torre de alta tensión. Se deben de proteger, porque sería una pena que algo que tiene 4.000 o 5.000 años lo perdamos", lamentó Leirado, responsable de los apartados referentes a la Prehistoria, la Historia Antigua y la Historia Medieval.

Por su parte, Carlos González Cuesta, que completa el recorrido histórico hasta nuestros días, reclamó a las nuevas generaciones de historiadores que continúen con la labor: "Es necesario estudiar en profundidad la historia contemporánea de Noreña".

Bárbara Barreiro, responsable del apartado dedicado al patrimonio, animó a los noreñenses a descubrir los bienes del concejo y reivindicó la figura del arquitecto Enrique Rodríguez Bustelo. Y González Quirós desveló un dato singular: en La Felguera de Noreña se encontraron restos de un diplodocus de hace 150 millones de años. Uno de los pocos dinosaurios hallados en el interior de la región.