Grandes o pequeños, lisos o estampados, lo que está claro es que los abanicos son especialmente útiles en verano. Ni los refrescos ni más reciente el aire acondicionado ha conseguido acabar con este tradicional accesorio que con la llegada de los primeros calores se convierte en uno de los productos más demandados por los habituales del mercado semanal poleso.
Ayer fue precisamente uno de esos días en los que el abanico se convirtió en un aliado necesario y, sabedores de ello, los vendedores ambulantes aprovecharon para el habitual marketing para dar salida a un objeto que tiene una temporada de ventas bien marcada en el calendario. "Los vendemos exclusivamente en verano", comenta la joven Samara Gabarri mientras sostiene alguno de los modelos que ayer ocuparon un lugar privilegiado en el puesto.
De todos modos, los compradores suelen ser bastante exigentes y examinan con cuidado las características del producto. "Curiosamente en Oviedo los prefieren estampados y en Siero tiran más los listos", explica la vendedora que también observa una clara preocupación en los demandantes por que el abanico sea práctico. "En general los quieren grandes para dar mucho aire, pero los pequeños tienen su tirón porque ocupan poco", señala Gabarri.
