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Alertan de riesgos para los vecinos por el abandono del área del polígono de Bobes

La falta de mantenimiento y los robos dejan al descubierto varias arquetas peligrosas para los que pasan por la zona

César Solís muestra el cierre de protección roto y las arquetas descubiertas en San Miguel de la Barreda. L. B.

Los vecinos de San Miguel de la Barreda tienen que sortear todo un campo de minas para poder llegar hasta su cementerio sin sufrir alguna desgracia. Las obras medio acabadas del polígono industrial de Bobes, paralizadas desde 2012, dejaron tras de sí unas consecuencias que el abandono de la zona está agravando hasta el punto de que los numerosos paseantes y usuarios de las vías de la que iba a ser la mancha industrial más grande de Asturias se ven seriamente amenazados.

Una vez que las máquinas marcharon de los terrenos que comprenden sobre todo las parroquias de San Miguel de la Barreda y Bobes, hubo muchas zonas que quedaron a medio hacer con todo lo que ello conlleva, si bien Sogepsa, promotora de las obras, se encargó de delimitar las zonas de riesgo para los vecinos, sobre todo de San Miguel, que siguen utilizando las vías como acceso a su camposanto.

El problema es que los robos y la falta de mantenimiento han provocado que esas zonas delimitadas ya no lo estén y hayan quedado al descubierto numerosas arquetas que suponen un verdadero riesgo para la gente que circula tanto a pie como con su vehículo por la zona. "¿Quién se responsabiliza de solucionar esto ahora?", se pregunta el alcalde de barrio de San Miguel, César Solís ante un panorama que deja ver hierros al descubierto que pueden provocar tropezones o pinchazos inesperados, así como alcantarillas a las que los viandantes podrían precipitarse especialmente en horas de poca luz.

Todo ello después de tres años y medio en los que las visitas de los amigos de lo ajeno son habituales y suponen un progresivo desvalijamiento de lo poco que queda. "Cada poco puede verse a gente robando hasta cierres de plástico", comenta el vecino Manolo Sánchez, que asegura que la zona es escenario de todo tipo de episodios curiosos. "Hace poco vi como alguien estrellaba el coche contra un cierre de hormigón, posiblemente para defraudar al seguro", declara este vecino que vive a escasos metros del cementerio.

Reclaman al menos que se tomen medidas de seguridad que vuelvan a delimitar de manera clara la zona de circulación y las partes de trabajos inacabados. "Estaría bien que sellaran las arquetas con algún material que no fuese recurrente de robar", sugiere un César Solís que, no obstante, se muestra muy pesimista con el desarrollo del polígono. "La sentencia que obliga a pagar a Sogepsa una cifra millonaria es razón suficiente para pensar que esto tardará mucho en reactivarse", sostiene.

Cabe recordar que los trabajos para la construcción del polígono en el año 2009 obligaron a expropiar terrenos a más de 300 personas en su mayoría vecinos que además de considerar insuficiente la cantidad percibida por las expropiaciones ahora padecen las consecuencias del parón de los trabajos.

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